Con esta frase la Organización Mundial de la Salud (OMS) hacía público su Informe sobre la situación mundial de la seguridad vial 2009. Poco tiempo después, nos planteaba un amplio modelo de cómo HACERLO a través del “Plan Mundial para el Decenio de Acción para la Seguridad Vial 2011-2020”.
A fuerza de ser sinceros, a casi tres años de tal documento, uno tiene la inquietante percepción de que en muchas jurisdicciones del planeta, todavía se “están frotando las manos” para “pasar a la acción”.
Y esto es “justificable” cuando observamos los resultados cualitativos y cuantitativos de la endemia de los siniestros viales. En tres años el “amperímetro” apenas se movió (Ver Informe OMS 2013).
El ISEV, hace ya dos años que insiste en la necesidad de implementar Políticas Específicas Activas en materia de Seguridad Vial. Para ello se requiere un trabajo serio, responsable y profesional (mensurable en su aplicación y desarrollo), liderado evidentemente por los sectores públicos de los Estados, pero con responsables ejecutores tanto en ese sector como en el privado.
Cada sociedad debe estudiar profundamente su problemática (para eso se han creado innumerables Observatorios) en el contexto general planteado por el documento del Plan Mundial; arribar a conclusiones, diseñar y ejecutar políticas referidas a esas realidades específicas determinadas.
Para dar un ejemplo, NO es una Política adecuada que TODOS, instituciones y personas (con toda la buena voluntad posible) salgan “desaforadamente” a “enseñar” significados de señales y consejos de comportamiento vial sin, muchas veces, una adecuada formación y desestructurada organización funcional. Tampoco resulta una Política adecuada, en este tema, el declarar la “Educación Vial” una materia obligatoria sin proveer a los responsables de la docencia de capacitación, materiales didácticos y pedagógicos, para bajar y desarrollar los contenidos en el ambiente aúlico.
Por su parte, en el Sector Privado, NO es una Política adecuada obtener una “cucarda” a la Seguridad Vial. La Norma ISO 39.001, por caso, es el “guión” conceptual para la real adquisición de un sistema de gestión en seguridad vial que troque la “Cultura Vial” de la Empresa. Certificar la Norma (cucarda) es solo una consecuencia, no su finalidad.
En fin, son solo ejemplos, expuestos en muy breves líneas, cuya limitación hace probable que alguien se sienta ofendido. No es nuestra intención. Por el contrario, les pedimos indulgencia por el escaso espacio de exposición y que reflexionen sobre el “concepto” de lo que queremos transmitir.
“Es hora de pasar a la acción”, pero a la acción responsable y eficiente, y no a la “reacción” visceral o gestual de compromiso. Miles de miles de vidas así lo exigen.
*Director ISEV