Otro caso de supuesto “gatillo fácil” sacude a la Gendarmería Nacional, la fuerza a la que el actual y el anterior Gobierno le asignaron la responsabilidad de extremar la seguridad en los lugares más peligrosos de la Capital Federal y la Provincia de Buenos Aires.
El juez de instrucción Alberto Baños investiga a un gendarme acusado de disparar balas de goma, sin razón aparente, en el interior de la villa 1-11-14. El uniformado fue imputado por el fiscal Marcelo Solimine por presuntamente haber agredido a tres vecinos del asentamiento.
Según se desprende del expediente, un vecino de la villa “denunció que el día 26 de octubre de 2014, en circunstancias en que se encontraba durmiendo en su domicilio del barrio 1-11-14, despertó a raíz de los ruidos que provenían de la vía pública”.
En esas circunstancias “observó a tres gendarmes propinándole golpes a dos amigos suyos. Al ver dicha situación relató que abrió la puerta de su vivienda, oportunidad en la que un gendarme le apuntó a una distancia de tres metros y le disparó, produciéndole tres heridas de bala de goma, dos en el pecho y una en el abdomen”.
Para la investigación, la conducta del uniformado pudo haber significado la comisión de los delitos de “vejaciones o apremios ilegales”, o incluso “un delito más gravoso”.