La Cámara Federal de Casación Penal (CFCP) confirmó la condena que se le impuso a un empleado de un banco que creó cuentas a nombres de sus familiares y amigos a las que transfirió algo más de 320.000 dólares.
La Sala I de la CFCP rechazó el recurso de la defensa del acusado, a quien un tribunal oral condenó, en julio de 2013, a dos años y medio de prisión en suspenso por el delito de administración fraudulenta contra el Banco Río de la Plata, hoy Santander Río SA.
Como supervisor de la gerencia de comercio exterior y desde una cuenta denominada “órdenes de pago del exterior”, en la que se acreditaba el producido de las operaciones de exportación de sus clientes, el acusado utilizó claves de clientes para concretar la maniobra.
Con esos datos generó cuentas a nombre de su padre, su madre y conocidos con el único fin de defraudar a su empleador realizando transferencias, entre abril de 2002 y febrero de 2003 por un total de 322.339 dólares.
En la cuenta “órdenes de pago del exterior” del banco quedaba el dinero hasta tanto el cliente presentaba la documentación necesaria para que los fondos fueran ingresados a una propia.
Una auditoria permitió detectar que las cuentas que el supervisor había creado carecían de documentación que respaldara la operación de comercio exterior que justificara la transferencia de divisas.
La Sala I de la Cámara evaluó la declaración de personal jerárquico del banco y documentación, entre ella cheques que el conocido del empleado bancario había librado a favor del condenado.
Los camaristas Ana Figueroa, Gustavo Hornos y Mariano Borinski consideraron que “en muchas de las operaciones irregulares” el acusado “intervenía como operador o verificador” y que en las mismas “se traían al sistema” algunas que habían sido canceladas hace años.
Agregaron que se “aprovechó su calidad de Supervisor Operador Semi-senior en la Gerencia de Comercio Exterior del Banco Río de la Plata, para desviar injustificadamente las sumas de dinero”.