“El auxilio de la fuerza púbica no garantiza ni asegura mi integridad en tanto dicha fuerza ingresa al lugar mediante grandes operativos muñidos de chalecos antibalas y armas largas (no así el notificador)”, justificó.
“Devuelvo la presente cédula sin diligenciar en razón que en el lugar donde debería practicarse la diligencia es una zona de extrema peligrosidad donde personal de esta oficina fue objeto en reiteradas oportunidades de intimidaciones varias”, explicó la oficial mediante un escrito incorporado al expediente.
La notificadora debía entregar una cédula a un testigo en un juicio laboral en una calle de la localidad bonaerense de Bernal, Partido de Quilmes.
Pero no lo hizo y, en cambio, explicó: “teniendo en cuenta el alto grado de peligro y el riesgo potencial que representa es que se procede a la devolución de la misma”.