Un informe elaborado por el Instituto de Estudios de Consumo Masivo (INDECOM) sostuvo que la totalidad de las pequeñas empresas consultadas exigen una reforma tributaria e impositiva global para poder seguir funcionando. Asimismo, también impulsan cambios en los costos laborales no salariales y buscan pasar a formar parte de la cadena de valor, donde “la mayoría ve con buenos ojos una posible integración con las grandes compañías”.
El sondeo se realizó entre el 15 de junio y el 20 de julio sobre un total de 386 pymes industriales y de servicios ubicadas entre la Ciudad de Buenos Aires y el Conurbano bonaerense. Además, informaron, se relevaron un total de 11 cámaras y asociaciones gremiales y empresariales que componen los diferentes rubros del sector.
Según expresaron desde INDECOM, las pequeñas industrias afirmaron que necesitan acelerar la reforma pyme de manera urgente porque desde hace décadas “los altos impuestos regresivos, los ingresos brutos en cascada, la carga tributaria del 50% sobre los salarios más bajos, inclusive sobre los pagos no productivos (ausentismo, feriados, vacaciones); el 15% de ausentismo promedio, las ART, los costos de gestión bancaria y de tarjetas de crédito desmedidos, la judicialización conflictiva de las relaciones laborales, y la alta concentración de los insumos sensibles, son los principales factores que restan competitividad”.
Por otra parte el trabajo detalla, en materia impositiva, que actualmente la composición del costo, por ejemplo de una lata de tomate, tiene un 40 por ciento de impuesto, y que las bebidas alcohólicas revisten un 55 por ciento de esas cargas, donde se incluyen impuestos nacionales, provinciales y municipales.
Asimismo, en el informe se observa que el impuesto más distorsivo es el de Ingresos Brutos porque tiene un “efecto cascada” sobre los insumos, dado que cada uno de los artículos que componen la materia prima para elaborar un producto ya viene con ese impuesto, a lo cual se le agrega lo que le pone el productor, por lo que se paga hasta cinco veces el mismo tributo y se pierde competitividad.
“Los pequeños empresarios aseguran que esa situación también perjudica notablemente al consumidor final y repercute en las ventas, generando un efecto domino que no beneficia a nadie y ni siquiera al Estado, porque consideran que si las pymes cierran tampoco pagarán más impuestos”, añadieron desde el organismo estadístico de consumo que conduce Miguel Calvete.
En relación a una posible integración con las grandes empresas, el 74,8 por ciento de las pymes consideró que sería una buena oportunidad para generar más empleo y competitividad, al estimar que si las pymes gozan de beneficios tributarios y sobre los costos laborales, a las grandes superficies de producción les va a convenir sumar a las pymes a su cadena de valor en lugar de concretar esa tarea en sus propias plantas de producción. “Con acuerdos como ese, una gran compañía tendría mil compañías satélites que trabajarían para ella, independientemente de que esas pymes elaboren también sus propios productos”, graficaron.
Por último, desde INDECOM comunicaron que el estudio completo será elevado, conjuntamente con distintas organizaciones gremiales y de empresarios pymes, al Ministerio de Producción, a la Secretaría de Emprendedores y Pymes, y a la Secretaria de Industria de la Nación, “en pos de colaborar en el desarrollo de la reforma impositiva general que impulsa el Gobierno”.