A los tucumanos, cuya provincia es la principal productora de azúcar, les preocupa que la ordenanza cordobesa sea imitada en otras ciudades, lo que haría disminuir el consumo y afectaría a la economía local.
El vicegobernador, el peronista Osvaldo Jaldo, advirtió que “esto empieza aquí y luego no sabremos dónde terminará. Por eso es la reacción. Seguro que habrá un debate lindo en la sesión”.
A su vez, el radical José Canelada pidió al Poder Ejecutivo que “arbitre los mecanismos necesarios para entablar un diálogo razonable con la Municipalidad de Córdoba a fin de que se revea la medida adoptada”.
“La medida adoptada por la Municipalidad de Córdoba tiene un impacto negativo en nuestra economía regional. Por eso se debe aunar esfuerzos en defensa de los tucumanos, resaltando que la promoción de hábitos saludables puede hacerse por mecanismos que no impliquen un claro perjuicio para miles de familias tucumanas”.
La ordenanza cordobesa fue enfáticamente defendida por el intendente radical Ramón Mestre. La norma salió aprobada por unanimidad, y Mestre manifestó que no la vetará.
Una vez que la promulgue, en los bares de la ciudad de Córdoba no habrá azúcar en las mesas y los clientes deberán pedirla expresamente a los mozos.
Además, y esto es lo que más preocupa en Tucumán, en los bares deberán colocarse leyendas advirtiendo que el consumo de azúcar es perjudicial para la salud.