Padres de alumnos que concurren a la escuela Petronila Rodríguez, del barrio de Parque Chas, iniciaron a fines del año pasado una acción de amparo reclamando contra la sobrepoblación de las aulas, la falta de las mismas para actividades específicas como música, por ejemplo, y el hacinamiento y la falta de baños suficientes para los más de 300 alumnos que concurren al establecimiento educativo.
La jueza María Soledad Larrea hizo lugar parcialmente al reclamo y ordenó la realización en el término de cinco días de una mesa de diálogo para elaborar, en diez, un plan de obras para poner a la escuela en condiciones para el inicio del ciclo lectivo de 2019.
La magistrada se hizo eco, tras comprobarlo personalmente de las falencias en “salubridad (sanitarios y lavamanos), espacio adecuado para el dictado de clases y a la carencia de salón para dictar las clases de música”.
Como los plazos se extendían sobre la feria judicial, el Gobierno porteño pretendió que comenzaran a regir a partir del 1° de febrero, pero la jueza de feria Andrea Danas resolvió que ante la cercanía del inicio de clases los trabajos deberán cumplirse aun durante el receso judicial “para suplir esas falencias -aunque sea en forma provisoria y hasta tanto se presente el cronograma definitivo de obras- antes del inicio del ciclo lectivo”.