El proyecto persigue disminuir el consumo de alcohol en las denominadas “previas” y controlar las nuevas costumbres de los jóvenes llamadas el “último primer día” y otros eventos de despedidas del último año escolar.
En el “último primer día”, los adolescentes que cursan el último año de la secundaria, festejan la noche anterior y llegan al colegio, en muchos casos, alcoholizados.
Las autoridades de la Escuela Dalmacio Vélez Sarsfield de Las Varillas solicitaron que se llevaran a cabo controles de alcoholemia con la colaboración de personal municipal. El 15 por ciento dio positivo y los alumnos debieron ser retirados por sus padres.
“Si bien el operativo fue acertado, la decisión no deja de estar fuera de la ley ya que no están reglamentados los controles de alcoholemia peatonales, como sí están establecido en rutas provinciales, por ejemplo, para los conductores. Existe un vacío legal en la materia”, explicó el radical.
“El artículo 124 del Código de Convivencia -continuó- promueve que los menores alcoholizados o bajo el efecto de estupefacientes sean trasladados al establecimiento sanitario o terapéutico que corresponda, dando inmediata intervención a los organismos especializados para su posterior entrega a los padres”.
Para Bee Sellares, esa sanción “es suficiente para contribuir con el cambio cultural que necesitamos; con la práctica favorecerá a que haya menos consumo de alcohol entre los jóvenes, quienes serán los próximos adultos, los mismos que asistirán a esos establecimientos bailables y consumirán bebidas alcohólicas, con otra madurez, con otro organismo y probablemente con otra conciencia”.