“Hay que evaluar el efecto social de toda una cadena productiva y verlo en su conjunto. Una pyme que cierra es toda una cadena rota, necesitamos garantizar la salud de todos los argentinos y también la sustentabilidad del sistema”, manifestó el presidente de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), Gerardo Díaz Beltrán, en relación al difícil momento que transitan actualmente las pymes como consecuencia de la cuarentena dispuesta por el Gobierno nacional a partir de la pandemia del coronavirus.
En ese sentido, desde la entidad que comanda advirtieron que el contexto actual es el peor momento para pensar en la rentabilidad y menos para especular en salvarse solos u obtener ganancias de la tragedia.
Por caso, señalaron que hoy por hoy la mayoría de las pymes no tienen ni liquidez ni ingresos para pagar sus obligaciones cotidianas, y que sólo en comercio se pierden ventas por $10.500 millones en cada día de cuarentena. “Mientras eso ocurre, los bancos cortan la cadena de pagos rechazando cheques, incluso de sus mejores clientes. Esos cortes complican aún más la falta de ventas de la empresa y, sobre todo, ponen en riesgo la actividad de la empresa y de toda la economía cuando las ventas repunten”, observaron.
Ante ese panorama, CAME sugirió que esa situación podría resolverse simplemente si los bancos autorizaran giros en descubierto automáticos momentáneos, tomándose el trabajo de hablar con cada uno de sus clientes “entrampados” en la cadena de cheques, colgados por lo que significó el cierre del clearing bancario por una semana.
Según indicaron, el stock de cheques diferidos negociados por las pymes en poder de los bancos asciende al día de hoy a 220.000 millones de pesos. “De este monto, entre el 40% vence en abril, es decir 88.000 millones de pesos, monto equivalente a apenas el 29% de las ganancias que obtuvieron los bancos el año pasado o inferior al margen financiero que manejaron las entidades en enero (último mes sobre los que hay datos)”, graficaron.
Es por ello que frente a esa realidad, CAME exigió:
-Que las entidades financieras autoricen descubiertos automáticos en cuenta corriente para cubrir los cheques de sus clientes, especialmente de aquellos que siempre han cumplido.
-Que las tasas por esos descubiertos no superen el 20% anual, que es la tasa de referencia que ofrece el Gobierno.
-Que el Banco Central adecúe las normativas para posibilitar esa operatoria.
-Que si es necesario, sea el mismo Banco Central quien garantice los fondos para que pueda sostenerse la cobertura de cheques.
-Que los bancos garanticen rapidez para dar los créditos que autorizó el Gobierno en el paquete de medidas reciente.
“A la angustia por la pandemia le sumamos la incertidumbre de cientos de puestos de trabajo y del futuro de muchos argentinos. Ante la agonía de las pequeñas y medianas empresas, los bancos no muestran ningún gesto solidario para salvaguardar al sector más importante generador de empleo privado. En estos momentos necesitamos apoyo económico, no especulación. Si nosotros quebramos, el Estado deja de recaudar para poder dar batalla a la pandemia destinando fondos al sistema de salud”, agregó Díaz Beltrán.