Si bien en “off” se dice que la decisión de ir por otros quince días está prácticamente tomada, lo cierto es que entre el jueves y viernes próximo el Presidente Alberto Fernández mantendrá reuniones clave dado que recibirá a las autoridades porteñas y bonaerenses, cuyos distritos concentran el grueso de los casos de coronavirus en el país.
En ese marco, tanto Horacio Rodríguez Larreta como Axel Kicillof deberán informar al primer mandatario acerca del impacto que arrojó en los últimos días la flexibilización de ciertas actividades productivas, así como también los avances en los testeos rápidos que se vienen realizando -tardíamente- en los barrios populares, donde las cifras de infectados se multiplicaron, aunque sin saber a ciencia cierta desde cuándo comenzó a crecer esa curva ya que los controles, tal como lo venían advirtiendo distintos referentes sociales, llegaron algo tarde.
Sin embargo y en el hipotético escenario de que se pueda controlar la situación en esos sectores vulnerables, el otro gran problema que se le presenta al Gobierno nacional es el tema del transporte público (párrafo aparte son los vuelos y micros de larga distancia, cuya inactividad se extenderá por un largo tiempo más): es que a las claras resulta prácticamente imposible controlar los grandes movimientos de personas que volverían a circular semanalmente entre la Capital Federal y el Gran Buenos Aires, amén de los controles de temperatura que se lleven a cabo en los centros de trasbordo.
Para este caso en particular y pese a la especulación que se pueda llegar a hacer respecto al factor del “miedo a contagiarse” que se genere en una parte de la sociedad y que la obligue a buscar alternativas de movilidad como la bicicleta, el auto particular, caminar, o tomarse un taxi, la realidad indica que resulta muchísimo mayor el porcentaje de trabajadores que ya sea por falta de recursos económicos o por lejanía geográfica puedan optar por ello, con lo cual la opción de subirse a un tren, subte o colectivo es inevitable.
Ante este escenario, la única estrategia de las autoridades sería la de volver a apelar a la responsabilidad ciudadana -circular lo menos posible- hasta tanto la famosa “curva” se deje ver de una buena vez por todas y no amenace con colapsar un sistema sanitario que lejos está por estos días de hacerlo.
Mientras tanto, se confirmó que el Presidente visitará el mismo jueves las provincias de Tucumán y Santiago del Estero para recorrer obras de infraestructura y de paso ver, con sus propios ojos, cómo se convive con el tema del virus en el interior del país donde la situación -incluso en grandes ciudades- parecería estar encaminándose en relación a los contagios.
No obstante y hasta tanto no se haga oficial, continúa siendo una incógnita si a su regreso a la Quinta de Olivos para entrevistarse con su comité de especialistas médicos y luego junto a los referentes de la Capital Federal y Buenos Aires, sorprenda con un anuncio distinto al de los últimos dos meses, o bien actualiza los datos de las “filminas” para comunicar que se continuará con el aislamiento social, preventivo y obligatorio hasta el 8 de junio.