En el marco de la reunión del Consejo Federal de Salud (COFESA), sus integrantes acordaron diferir la aplicación de la segunda dosis de vacunas contra el COVID-19. “La CONAIN avaló en este contexto priorizar la aplicación de la primera dosis a la mayor cantidad de personas posibles con el objetivo de minimizar la mortalidad, y diferir tres meses la segunda dosis”, manifestó la ministra de Salud de la Nación, Carla Vizzotti.
La decisión, de acuerdo a lo argumentado por la funcionaria, se basa no sólo en la evidencia científica, “sino en favorecer la equidad en el acceso y, por supuesto, revisando permanentemente toda la información nueva y prosiguiendo con las gestiones para contar con más dosis lo antes posible y así cumplir con el esquema completo lo más rápido posible”.
Asimismo aclaró que la estrategia se basa en el análisis de múltiples factores, no sólo en la evolución de la pandemia y la cantidad de dosis disponibles a nivel mundial, sino también en concentrar los recursos para vacunar más rápido a un mayor número de personas, en especial a los mayores de 60 años.
A la vez, remarcó la importancia de tener en cuenta el “carácter dinámico” de los conocimientos en torno a las vacunas, en este caso los intervalos entre dosis, que ahora son más amplios y su evaluación permanente.
En este sentido, Vizzotti confirmó que junto con el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación se trabajará para hacer seguimiento de esta estrategia, generando más evidencias o aplicando medidas correctivas si fueran necesarias.
Es por ello que luego de considerar la situación epidemiológica, la escasez y la inequidad global en la distribución de vacunas, la aparición de variantes y la evidencia científica, los expertos recomendaron tres estrategias:
-Diferir las segundas dosis de cualquiera de las vacunas actualmente disponibles en la Argentina -Sputnik V, Covishield/ChadOx-1 y Sinopharm- a un intervalo mínimo de 12 semanas desde la primera dosis.
-Después de los 3 meses de la primera dosis, se sugiere la aplicación de la segunda dosis en forma escalonada priorizando de manera secuencial la población de mayor riesgo de enfermedad grave (mayores de 60 y personas entre 18 y 59 años con factores de riesgo) para completar esquema.
-Además, dada la situación del personal de salud, incluyendo quienes están licenciados, se recomienda completar esquemas con intervalo convencional, en aquellos que realicen actividad asistencial y con alta exposición al riesgo o que manipulen muestras clínicas.
Además, se determinó que en aquellas personas con diagnóstico confirmado de COVID-19, de acuerdo a la definición del Ministerio de Salud, se propone postergar la aplicación de la primera dosis de vacuna entre tres y seis meses después del alta clínica, mientras que para aquellas con diagnóstico confirmado de COVID-19 luego de la primera dosis de vacuna, postergar la aplicación de la segunda dosis entre tres y seis meses posterior al alta clínica.
“Cabe señalar que la recomendación técnica pone en consideración que el número de casos de infección documentada es muy bajo en los seis meses posteriores al diagnóstico. La finalidad de esta estrategia persigue vacunar a más personas con la primera dosis y de esta manera favorecer el acceso al proporcionar una protección adecuada al mayor número de personas lo más pronto posible distribuyendo un insumo crítico entre quienes presentan más riesgo de complicaciones y muerte por el COVID-19”, señalaron desde la cartera sanitaria nacional por medio de un comunicado.