Invitado por la Comisión de Presupuesto y Hacienda de la Cámara de Diputados de la Nación para disertar sobre las modificaciones en el impuesto a las Ganancias en las empresas, el secretario de Política Tributaria, Roberto Arias, explicó que el proyecto de ley implica una reducción de la carga tributaria para el 90% de las empresas con menor nivel de ganancias, que en su mayoría son micro y pequeñas empresas y, al mismo tiempo, fortalece la sostenibilidad fiscal y se robustece la progresividad del sistema tributario. En este sentido, señaló que a partir del nuevo esquema propuesto, solamente el 10% de las empresas pagarán una alícuota del impuesto a las Ganancias más elevada que la actual.
“Desde el Gobierno nacional se considera necesario apoyar con alícuotas más bajas a las pequeñas y micro empresas de menores ganancias, ya que son actores económicos fundamentales que otorgan dinamismo a la economía y permiten crear empleos. En este contexto de crisis generado por la pandemia, las empresas que tengan pérdidas no van a ver aumentada su carga tributaria”, aseguró el funcionario del Palacio de Hacienda.
El proyecto, por su parte, retrotrae la alícuota máxima al 35% -igual a la del 2015, aunque la alícuota efectiva es menor- e incorpora un esquema de alícuota progresiva marginal (25%, 30% y 35%, según tramos de utilidad neta imponible) en reemplazo del esquema de alícuota uniforme aplicado históricamente.
De esta manera, las empresas pagarán 25% para un primer tramo de beneficios de hasta $5 millones de pesos anuales; 30% para un tramo intermedio de $5 millones a $20 millones de pesos anuales; y para los beneficios superiores a ese umbral se aumentará al 35% y se mantendría la alícuota del 7% para dividendos distribuidos en todos los casos.
“El objetivo de la reforma es volver a un nivel de recaudación cercano al que tienen los países de la OCDE que es del 3% del PBI. En 2015, la recaudación por el impuesto era del 3,1% del PBI y en 2019 bajó a 2,7%. Se perdió medio punto por la crisis macroeconómica y porque se bajaron las alícuotas. Ahora, necesitamos mejorar la sustentabilidad fiscal y recuperar el financiamiento genuino del Estado nacional y de las Provincias porque es un impuesto que se coparticipa”, expresó Arias.
Por último el funcionario consideró que esta modificación es oportuna no solo en términos internacionales, sino también en función de la situación particular en la que vive la Argentina con la crisis económica producto de la pandemia, al argumentar que el impuesto a las Ganancias es el mejor tributo que se aplica en condiciones de crisis porque las empresas que han tenido problemas no van a ver afectado en nada su capacidad económica, con lo cual enfatizó que en el actual contexto resulta justo y necesario que las empresas grandes que han tenido “enormes ganancias” hagan un aporte adicional con esta nueva alícuota.
“La inversión en nuestro país no es particularmente sensible a la tasa del impuesto a las Ganancias, sino que está condicionada por el contexto macroeconómico de demanda y crecimiento. La inversión depende de otros factores, no surge siempre de la ganancia”, completó.