El objetivo principal era brindar atención a la ciudadanía y un trato directo con los senadores, pero con el cambio de gobierno y el desarrollo de la pandemia, sucedió que en algunos departamentos las oficinas ya no funcionan como tal y los empleados fueron reubicados, según informó el medio mdzol.com.
Las oficinas territoriales se inauguraron en San Rafael, Malargüe y Tunuyán, donde trabajaban en promedio diez personas con un sueldo que ronda los 60 mil pesos; ninguno es de planta permanente, y todos poseen contratos de locación.
De las tres que se inauguraron en su momento hay dos que ya no funcionan como tal: San Rafael y Tunuyán.
Desde las oficinas del Senado explicaron que ya no se paga alquiler por estos espacios físicos. “En las gestiones anteriores habían espacios físicos alquilados, pero esta gestión dio de baja a esos alquileres porque la operatividad de las personas es fuera de ese espacio y se ocupan lugares públicos de Gobierno o del Municipio”, describieron.
En cambio, sí se siguen abonando los salarios a las personas contratadas para un fin específico que tuvieron que ser ubicadas en otras dependencias.