En el marco de su participación en la sesión de apertura del Foro Mundial para una Recuperación Centrada en las Personas organizado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el Presidente Alberto Fernández afirmó que en la negociación con el Fondo Monetario Internacional (FMI) preservaron los derechos de los trabajadores y de los grupos más vulnerables, pero también al capital productivo, estableciendo las condiciones para una estabilidad financiera que propicie la tranquilidad de los negocios y las inversiones necesarias para crecer.
“Hoy la arquitectura financiera internacional es la que marca los desequilibrios y no acompaña a la economía real y mucho menos a la justicia social. La Argentina se encuentra en el proceso de negociación de su deuda externa y buscando los equilibrios redirigidos hacia el espíritu de la nueva normalidad”, expresó el mandatario durante su intervención virtual en la que estuvo acompañado por el ministro de Trabajo, Claudio Moroni.
Asimismo, afirmó que resulta imprescindible que los créditos internacionales no condicionen los procesos de desarrollo en crecimiento, equidad y justicia social, al tiempo que advirtió que solo así podrán concretar políticas orientadas a realidades tangibles, lo que se ha denominado el “acelerador de empleo”.
“Las distintas formas de desigualdades fueron exacerbadas con la pandemia hasta convertirse en una verdadera nueva cuestión social que hoy nos exige, presurosos, la búsqueda de alternativas que protejan y dignifiquen a las personas excluidas y más vulnerables”, remarcó el Jefe de Estado, quien destacó la necesidad de fortalecer las políticas contra las desigualdades de género, educativas, económicas y sociales, que hagan efectivo el objetivo 8 de la Agenda 2030.
Por otro lado, mencionó la importancia de crear, a nivel mundial, al menos 400 millones de nuevos puestos de trabajo, principalmente en las economías verdes y de los cuidados, así como también de ampliar los pisos de protección social al 50 por ciento de las personas que carecen de ellos; y de extender la acción climática para el empleo a efectos de acelerar el progreso hacia una economía mundial neutra en carbono.
En tal dirección y al detallar una serie de medidas que acompañen el ideario de un “mundo más justo y equitativo”, requirió la inclusión de una iniciativa de las Naciones Unidas que aborde la discusión de la deuda y el crecimiento económico con justicia social, y la arquitectura de los órganos financieros internacionales con participación de los actores del mundo del trabajo de la economía real.
Por último, Fernández reafirmó la necesidad de impulsar una iniciativa mundial que asegure, efectivamente, el acceso universal a las vacunas contra el COVID-19, así como implementar políticas activas de empleo que se encuentren orientadas a mejorar la empleabilidad de los trabajadores; y establecer una hoja de ruta para movilizar los fondos necesarios para el desarrollo y la producción en la transformación hacia la economía verde.