El Presidente Alberto Fernández dejó inaugurado el 140° período de sesiones ordinarias en el Congreso de la Nación tras pronunciar un discurso que se extendió cerca de una hora y media, y en el que anticipó una serie de medidas que serán remitidas desde el Ejecutivo para ser abordadas en el Parlamento durante el 2022.
No obstante y tal como se preveía, el Jefe de Estado se refirió en primer lugar a la invasión militar de Rusia a Ucrania, acción que repudió al afirmar que “Europa se conmueve mientras el fantasma de una guerra vuelve a levantarse. Otra vez la violencia bélica arrasa vida humanas”. Acto seguido, pidió realizar un minuto de silencio por las víctimas de la intromisión rusa.
Luego, el primer mandatario dio lectura a su discurso en donde no omitió mencionar su “política sanitaria” durante la pandemia del coronavirus, y sobre la cual rescató que ningún argentino se quedó sin recibir la atención médica durante la misma tal como era, según dijo, su mayor “obsesión”.
Por otro lado y en relación al ámbito legislativo, aseguró que próximamente será enviado el proyecto del acuerdo entre la Casa Rosada y el Fondo Monetario Internacional (FMI), algo que en un principio se iba a hacer durante el período de sesiones extraordinarias pero que ante la falta de un entendimiento total con el organismo internacional de crédito -sobe todo en lo relacionado al tema de los subsidios a las tarifas- se vino dilatando hasta el día de hoy.
Asimismo, anunció que remitirán una iniciativa para modificar la ley de Bosques Nativos, así como también la ley del Plan Argentino de Ciencia y Tecnología 2030; un proyecto de licencias parentales igualitarias; y otro para implementar un sistema integral de cuidados con perspectiva de género, entre otros.
A la vez, tampoco pasó inadvertido cuando durante su alocución y bajo la atenta mirada de sus cuatro integrantes, mencionó que “la conformación y funcionamiento de la Corte Suprema también debe ser objeto de análisis y decisión en este ejercicio legislativo”.
El Presidente, además, confirmó que China accedió al pedido del Gobierno argentino de ampliación del swap de monedas con el objetivo de fortalecer la estabilidad cambiaria y, pese a que reconoció las problemáticas de la pobreza y la inflación, evitó dar definiciones u acciones concretas sobre la fluctuante política cambiaria.
Otro de los puntos salientes -y quizás el de más tensión- fue cuando Alberto Fernández cargó contra el ex Presidente Mauricio Macri y su coalición gobernante, Cambiemos, por la deuda contraída con el FMI, al tiempo que insistió para que se avance en la investigación que determine responsabilidades sobre el origen de la misma. “Este acuerdo tampoco releva al Poder Judicial de avanzar en esa investigación. Los argentinos y las argentinas tienen el derecho de saber cómo ocurrieron los hechos y quiénes fueron los responsables de tanto desatino”, expresó.
Tras esos dichos, parte de la bancada opositora -sobre todo del PRO- optó por retirarse del recinto, no sin antes hacer saber su descontento sobre esas acusaciones a viva voz. “El relato mentiroso y sesgado sobre la deuda pública en Argentina que desconoce la deuda que heredó el ex Presidente Macri de las administraciones kirchneristas (que ya acumula USD 65 mil millones incluyendo la deuda del BCRA) insulta la inteligencia de los argentinos y la investidura de los representantes del pueblo en el Congreso de la Nación”, expresó luego en un comunicado el bloque de Diputados y Senadores del PRO sobre el abandono de sus bancas mientras continuaba el discurso presidencial.