Ricardo Lorenzetti: Poder “supremo”

Estuvo más de una década como presidente de la Corte Suprema de Justicia, lugar en el que recaló de la mano de Néstor Kirchner cuando apenas se desempeñaba como abogado en un estudio jurídico. En los últimos años su figura se fue “desdibujando”, algo que lo viene inquietando de sobremanera dado que va en contra de su máximo sueño: volver a presidir el Máximo Tribunal. Por Cuarto Intermedio

El ex presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti, es dueño de una controversial figura dentro del Poder Judicial. Quienes lo conocen, dicen que se desvela por volver a tomar las riendas del Máximo Tribunal, y que además quedó “sentido” por no haber sido respaldado en la última elección por sus compañeros.

A continuación sus orígenes, ambiciones y algunos aspectos personales que el protagonista hubiera preferido que quedaran en el olvido…


Meteórico ascenso

En sus casi doce años al frente de la Corte Suprema de Justicia, Lorenzetti supo construir una importante base de poder dentro de un cargo que era totalmente nuevo para él, ya que anteriormente se había dedicado al ejercicio privado de la abogacía y a dictar clases a nivel universitario.

Sin embargo, el ex Presidente Néstor Kirchner lo ungió un buen día como miembro del Máximo Tribunal de Justicia en el 2004 y, al poco tiempo, terminó reemplazando a Enrique Petracchi en la presidencia del mismo.


Su relación con el poder

Cuesta encasillar políticamente a Lorenzetti, y no precisamente por no haber mostrado una afinidad concreta hacia uno u otro partido, ya que en la década del ´70 fue militante de la Juventud Peronista. La cuestión, más bien, radica en torno a sus “idas y vueltas” frente a los gobiernos de turno.

Es que durante el kirchnerismo, por ejemplo, votó por la inconstitucionalidad de la reforma del Consejo de la Magistratura (una de las principales medidas motorizadas por la administración de Cristina Fernández), aunque al poco tiempo dejó a más de uno desconcertado tras haberle enviado una suerte de “guiño” a la Casa Rosada por considerar que la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual (otra de las férreas batallas que desplegó por aquel entonces el gobierno cristinista) era constitucional.

Más tarde y durante la gestión de Mauricio Macri, también se podría decir que la relación fue “oscilante”: almuerzos en Casa Rosada con el Jefe de Estado; pedidos del magistrado para que intercedan por el “asedio” judicial y mediático que recibía por parte de Elisa Carrió; y enojos del oficialismo cuando se emitían algunos fallos que iban en contra de sus intereses.

Hoy en día y a pesar de que Lorenzetti habría dicho que institucionalmente se encontraba “cercano” o “amigo” del gobierno de Alberto Fernández, se lo pudo observar en solitario y sentado por detrás del resto de los integrantes del Máximo Tribunal de Justicia durante la Asamblea Legislativa del 1° de marzo pasado, dando una sensación para cualquiera que no haya pasado por alto ese “cuadro” de que se encuentra “marginado” y lejos de la consideración de la actual administración (por lo menos desde el punto de vista protocolar, si se tiene en cuenta la ubicación del lugar que le fue asignado).


“Mal compañero”

Hay también quienes dicen que meses atrás habría intentado persuadir a sus colegas de que lo apoyaran para que fuera nuevamente elegido en la presidencia de la Corte. Sin embargo y al no poder lograr ese cometido, cuentan que decidió “enfriar” la poca relación que mantenía con algunos de ellos.

Por caso, una situación que llamó la atención fue cuando Lorenzetti apuntó directamente contra su sucesor, Carlos Rosenkrantz, por “intentar quedarse” con el control del Centro de Información Judicial (CIJ). En una carta difundida, sostuvo que esa acción había generado un clima de “tensión” y de “temor” dentro de la Corte, aunque en la práctica su nuevo titular sólo había reclamado -resolución mediante- los accesos para la administración de ese sitio web en donde se difunden novedades del ámbito judicial.

Por otro lado, tampoco se quedó atrás cuando Horacio Rosatti fue elegido como el nuevo presidente de la Corte. “Yo nunca me hubiera votado a mí mismo por más que seamos tres. No comparto el autovoto. Y lo fijé públicamente”, había dicho sobre la elección de su compañero, la cual fue realizada acorde a la normativa, sin que se registrara alguna otra objeción al respecto.

Además, otro llamativo episodio -más acá en el tiempo- fue en el que se involucró de buenas a primeras a otro de los ministros de la Corte a partir de un artículo publicado en un medio digital en el que se lo menciona a Juan Carlos Maqueda en un investigación que se le sigue al ex titular de la Obra Social de del Poder Judicial, Aldo Tonón.

Sin embargo y pese a que en los hechos -es decir en el proceso formal- ni siquiera figura Maqueda, llaman la atención aquellas insinuaciones o intentos que se hicieron para querer involucrarlo en ese tema.

Cabría la posibilidad, por tanto, de que esas “teorías” estuvieran motorizadas por alguien que de alguna manera sintiera la necesidad de volver a mostrar sus “influencias”, apelando para ello al favor de determinados medios “amigos” para canalizar los momentos de enojo.


“Criterio de oportunidad”: La causa penal que no fue

A fines de 2016, Lorenzetti ocupó la plana de los medios no por alguno de sus fallos, sino por haber protagonizado un accidente de tránsito en el que perdió la vida una persona.

Sin embargo y pese a ese trágico suceso, la Justicia resolvió a los pocos meses cerrar la investigación penal en su contra a través de un “criterio de oportunidad”, figura establecida en el Sistema Procesal Penal de Santa Fe.

La solicitud, de acuerdo a las crónicas de la prensa local, fue presentada luego de que la familia de la víctima dejara expresa su voluntad de que no se continuara con el proceso ya que según se desprendía de la investigación, “la responsabilidad exclusiva del accidente fue del conductor de la motocicleta en la que la víctima fatal iba como acompañante”.

Lorenzetti, quien conducía su vehículo al momento del impacto con la moto, quedó totalmente exculpado.

No quiero ningún privilegio”, había afirmado el por entonces presidente de la Corte Suprema. Aún así y a diferencia de la inmensa mayoría de las personas que protagonizan este tipo de hechos, su apellido sí quedó fuera de la investigación penal.


El libro que lo incomodó

Como se sabe en el ámbito judicial, Lorenzetti es cultor del perfil bajo, más aún si se trata de su vida privada. No obstante, hubo un hecho resonante que incluyó hasta acusaciones de “censuras” cuando se lanzó un libro en el año 2017 que retrataba su vida y obra.

Se trata del escrito titulado “El señor de la Corte”, sobre el cual se denunció una repentina suspensión al momento de su lanzamiento en las librerías por supuestas “fallas” en la fabricación de los ejemplares.

El libro de la periodista Natalia Aguiar, de alto contenido biográfico, cuenta acerca de cómo es la “piscología” de Lorenzetti, así como también demás cuestiones “incómodas”, tales como sus negocios previos a su llegada a la Corte.