La asunción al frente del Ministerio de Economía sin lugar a dudas representará para Silvina Batakis uno de sus mayores desafíos profesionales y personales, dado el “espinoso” camino que deberá comenzar a transitar desde el primer día de su gestión.
Es que la rauda salida de su antecesor, Martín Guzmán, volvió a dejar en evidencia las diferencias entre Alberto Fernández y Cristina Kirchner, las cuales y tal como sucedió durante el fin de semana, pueden provocar de un momento para otro la eyección de un funcionario del Gobierno (sucedió lo propio, por ejemplo, con Matías Kulfas y Marcela Losardo), así como también propinarle un fuerte cimbronazo a la gestión, tal como ocurriera en aquellas ocasiones que la vicepresidenta optó por mostrar su descontento con la publicación de cartas en sus redes sociales.
Batakis, por caso, no solo deberá lidiar con ese “internismo” diario, sino que además le espera retomar con algunos de los puntos urgentes que también figuraban en la agenda del saliente ministro: es decir, la renegociación de la deuda con el Club de París; el tema de la inflación y del déficit fiscal; y el avance de la segmentación de las nuevas tarifas para la luz y el gas.
En relación al primero de estos, cabe recordar que Guzmán tenía programado un viaje a Europa para el miércoles 6 de julio, en donde iba a sentarse a negociar con los acreedores para buscar una modificación de las metas para el segundo trimestre y establecer algunas condiciones en relación a los plazos y a las tasas de interés.
Por otro lado y más allá de las cuestiones de tipo macroeconómicas que deberá atender en el corto plazo, a la nueva titular del Palacio de Hacienda además le espera la revisión de las metas acordadas con el Fondo Monetario Internacional (FMI) dentro del actual programa de Facilidades Ampliadas.
En ese sentido, se estima que las negociaciones con el organismo internacional de crédito comiencen para antes de que finalice el mes de julio.
En otro orden, también reina la expectativa en relación a cómo será recibida por el mercado financiero y cambiario (ya se habla hasta de un “dólar Batakis”), algo que recién comenzará a tomar forma a partir del martes, puesto que el feriado del 4 de julio en los Estados Unidos mantendrá las operaciones del mercado en calma, aunque no así las especulaciones en torno a cómo se comportará la cotización de la divisa norteamericana para su compra y venta.