Como ejemplo de ello, podría mencionarse a Carlos Pagni, quien se especializa en elaborar editoriales empleando un lenguaje “sofisticado” y plagado de incógnitas pero que sin embargo suele acompañarlos de otras “cuestiones” que no siempre resultan de interés para el público cuando se quiere informar acerca de los vaivenes de la actualidad política nacional.
Por nombrar un ejemplo reciente, basta con observar las sucesivas menciones que, semana tras semana, viene haciendo en relación a los candidatos propuestos por el Gobierno Nacional para la Corte Suprema de Justicia.
Se trata, en efecto, de las postulaciones de Ariel Lijo y de Manuel García-Mansilla, quienes fueron nominados para ocupar los lugares de Elena Highton de Nolasco (renunció en octubre de 2021) y de Juan Carlos Maqueda (se retira en diciembre próximo cuando alcance los 75 años de edad).
Si bien resulta lógico que el currículum de ambas figuras debe ser sometido a rigurosas observaciones debido a la tamaña tarea y responsabilidad que tendrán por delante en el caso de que resulten confirmados, no deja de llamar la atención como Pagni viene posando su mirada en este tema y, en particular, sobre Lijo, a quien constantemente le dedica informes que solo parecerían tener como único objetivo el desgaste de la imagen del magistrado.
Más curioso aún, resulta que mientras la candidatura del juez federal continúa cosechando adhesiones desde asociaciones jurídicas, religiosas, ONG´s y hasta de organismos internacionales a medida que se aproximan las fechas de las audiencias públicas, el periodista ensaya diversas teorías sobre su idoneidad planteando, fiel a su estilo, “interrogantes” en lugar de afirmaciones.
Por citar otro ejemplo y tal como lo hiciera anteriormente con temáticas relacionadas a las telecomunicaciones, la justicia, los bancos y la energía, también se lo notó muy interesado en los últimos días por lo sucedido entre la Casa Rosada y el Banco Macro en relación a la ejecución de los puts.
Es que luego de que el Presidente Javier Milei acusara al Macro de haber intentado “sabotear” al Gobierno a través de un movimiento en el mercado que podría haber generado una corrida cambiaría, el analista político se mostró -en cierta forma- más en sintonía con lo actuado por la entidad bancaria tras señalar que había operado con “toda racionalidad” al llevar adelante esa acción.
En tren de curiosidades, además, vale recordar otra particularidad respecto a cómo se posicionó en ocasión del tratamiento informativo que le dio a la denominada “causa cuadernos” cuando, en particular, cargó fuertemente contra los jueces de la Cámara Federal de Casación que quitaron de la investigación por los aportes de campaña al empresario de la construcción, Angelo Calcaterra, fervor que más tarde se apagó al no decir nada cuando a pedido del fiscal Carlos Stornelli sucediera lo propio con otros tres empresarios que también estaban apuntados junto al primo de Mauricio Macri.
Por tanto y si bien el periodismo tiene entre sus interlocutores la función y responsabilidad de interpretar y dar a conocer las distintas caras de la realidad, no falta oportunidad en la que algunos de ellos, lamentablemente, terminan utilizando a los medios de comunicación para redundar sobre cuestiones que, no necesariamente, tienen que ver con el interés común de la gente sino más bien con el de su propia agenda…