Tras la disolución del PROCREAR, el Gobierno nacional dispuso la creación de las hipotecas divisibles para los proyectos inmobiliarios con el propósito de poder fomentar el crédito, impulsar al sector y a la construcción, y reducir el déficit habitacional en la Argentina.
La medida, concretamente, permitirá que se constituyan hipotecas divisibles sobre inmuebles sujetos a proyectos inmobiliarios para la posterior división y afectación al régimen de propiedad horizontal o conjuntos inmobiliarios, o bien para subdivisiones originantes de parcelas del dominio común.
“La falta de un sistema de hipotecas divisibles reducía considerablemente la oferta de viviendas posibles de ser hipotecadas. Además, esta situación limitaba el acceso al financiamiento de futuras obras a ejecutarse por el sector privado y restringía la afectación de las unidades funcionales o lotes de terreno”, se explicó desde el Palacio de Hacienda.
Es por ello que a partir de esta decisión, cualquier persona podrá acceder a un crédito hipotecario a largo plazo para financiar la compra de un desarrollo inmobiliario en construcción (conocido comúnmente como “pozo”); o de un lote en un barrio, incluso antes de la subdivisión de terrenos. Este financiamiento, además, permitirá la adquisición en las mismas condiciones que las de una propiedad terminada, facilitando así el acceso a vivienda desde las primeras etapas del proyecto.
Por otro lado, el decreto gubernamental convocó a las provincias a adoptar, por sí o a través de la autoridad local o dependencia que resulte competente, las medidas necesarias para la implementación de la registración de los boletos de compraventa o cualquier otro contrato equivalente, tal como se encuentra previsto la medida.