El ex fiscal federal y actualmente procesado y en camino a juicio oral por el supuesto “encubrimiento de la pista siria” del atentado contra la AMIA, Eamon Mullen, subió a su perfil de Facebook una foto que causó escozor en sectores de las comunidades católicas y judías.
En la imagen, en la que hablaba de lo “feliz” que se encontraba en ese momento, aparecía junto al Papa Francisco. La imagen la completaba José Barbaccia, quien también -al igual que Mullen- está a punto de afrontar un juicio por el ataque contra la AMIA, junto con, entre otros, el ex Presidente Carlos Menem, el ex titular de la SIDE Jorge Anzorreguy y el ex juez Juan José Galeano.
La apelación de Mullen a la figura del Papa no es nueva. A mediados del año pasado propuso que Jorge Bergoglio fuera convocado como testigo “de concepto” a declarar en el juicio oral por la voladura de la mutual judía.
La foto amenazaba con convertirse en un pringoso tema periodístico de verano, sobre todo en un enero en el que en materia judicial no está pasando gran cosa. Media docena de diarios tuvieron la foto, pero sólo uno (Página 12) la publicó, y en un contexto muy minimizado.
La foto cumplió un doble objetivo: no causó el revuelo que en otro contexto podría haber provocado que un pontífice de las singulares características de Francisco, con su mensaje de hermandad interreligiosa, se fotografiara junto a dos imputados por la supuesta obstaculización de la investigación del mayor atentado antijudío de Sudamérica en la historia. Y, por el otro lado, no quedó nadie en Tribunales, más allá de la feria judicial de enero, que no supiera que en internet circulaba una foto de Mullen y Barbaccia junto al jefe de la Iglesia Católica.