El gobernador de Santa Fe, el socialista Antonio Bonfatti, envió desde Auckland, Nueva Zelanda, un pedido a los legisladores de su provincia: la aprobación del proyecto de ley que crea el llamado “impuesto verde”.
“Los legisladores tienen que aprobarme el impuesto verde, no se pueden hacer más los distraídos”, expresó el mandatario socialista.
El “impuesto verde” permitiría cobrarle a 84 grandes empresas que operan en la provincia de Santa Fe para destinar la recaudación a proyectos de investigación e innovación tecnológica.
Bonfatti dijo que le comentó su idea a Peter Gluckman, el principal asesor del primer ministro de Nueva Zelanda para temas científicos, y que este prestigioso científico le contestó que “es un proyecto excelente y usted debe trabajar para imponerlo”.
Bonfatti afirmó que ya habló con varios de los empresarios que quedarían obligados a pagar ese tributo en caso de que la ley se apruebe (como por ejemplo las grandes cerealeras), y que algunos le dijeron que están de acuerdo con la idea.
El gobierno santafesino estima que con este nuevo impuesto podría recaudar unos 100 millones de pesos al año, lo que serviría para oxigenar las finanzas provinciales.