La decisión de Llaryora fue sorpresiva porque durante la campaña electoral había anunciado que renunciaría al cargo.
Según trascendió en Casa de Gobierno, se trató de un pedido expreso del gobernador Juan Schiaretti, quien pretendería mantenerlo como su relevo natural ante cualquier eventualidad.
El presidente provisorio de la Cámara, que si Llaryora renunciaba quedaba segundo en la línea sucesoria provincial, Oscar González, no es un dirigente del riñón del schiarettismo, por lo que tampoco había demasiada seguridad en el gobierno.
El cambio de renuncia por licencia despertó otros rumores, como el relacionado con un debilitamiento de la salud de Schiaretti, lo cual fue negado desde el entorno del gobernador.
También se dice que Llaryora estaría especulando para regresar al cargo sobre el final de su mandato en 2019, para apuntalar una posible candidatura a gobernador por el Partido Justicialista, en caso de de que Schiaretti no decida ir por un segundo mandato consecutivo.
La licencia debe ser tratada hoy por la Legislatura cordobesa, y provocará la resistencia de la oposición, que encontrará al peronista con dos cargos a la vez.
Los llaryoristas aseguran que al estar de licencia en uno de los cargos no se produce la figura de la simultaneidad.