Se trata de un militante peronista que participaba en el ala izquierda de ese movimiento y fue secuestrado en 1977 junto con su compañero Juan José Fernández. Ambos fueron trasladados a un centro clandestino de detención y tras ser salvajemente torturados los drogaron y los cargaron en un automóvil que terminó en el fondo de un cauce de agua.
Barreto murió pero Fernández sobrevivió y se convirtió en el acusador clave contra Patti, quien intervino activamente en aquel operativo.
Los jueces Alejandro Slokar y Guillermo Yacobucci consideraron que el planteo de Patti no corresponde en el marco de este expediente y lo declararon «inadmisible».
La tercera integrante del tribunal, Angela Ledesma, votó en disidencia y consideró que por tratarse de un planteo sobre la libertad (lo que significa un perjuicio de imposible reparación ulterior, según la jerga judicial) correspondía abrir la instancia de la Corte Suprema para que fuera allí donde se resolviera el pedido.
Sobre Patti pesan tres condenas a prisión perpetua por crímenes de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura.
El represor fue beneficiado con prisión domiciliaria por razones de salud y cumple sus condenas en una casa del country “Septiembre”, en Escobar.