Estrategia en Afganistán para la paz en Argentina

Hace pocos días, algunos de los medios más importantes del mundo publicaron determinadas secciones de un informe confidencial presentado por el General Stanley A. McChrystal,... Por Cuarto Intermedio

Hace pocos días, algunos de los medios más importantes del mundo publicaron determinadas secciones de un informe confidencial presentado por el General Stanley A. McChrystal, a cargo de las tropas estadounidenses y de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) en Afganistán.

(Cuarto Intermedio  – 4 de septiembre de 2009) – En este informe, el susodicho plantea una revisión de la actual estrategia de la guerra en ese país con el objetivo de lograr su estabilización y por consiguiente la derrota de aquellos grupos que todavía la amenazan.

El General McChrystal describe el panorama como serio y complejo. Tras algunos años en donde la guerra siguió una línea que mucho no ha variado, su planteo hoy consiste en focalizarse en dos ejes fundamentales: el primero, en proteger a los civiles, y no sólo dirigir todos los esfuerzos en atacar a los insurgentes; y el segundo, a través de mayor seguridad, entre otras cosas, ganar los corazones y mentes de la gente, reestableciendo la confianza entre el ejército estadounidense, el del la OTAN, el del propio Afganistán y el pueblo.

Cabe señalar que tanto el periódico The New York Times como el semanario The Economist, destacan que para poder lograr seguridad y estabilidad es condición sine qua non lograr un consenso político. Nada menos.

Por distintos motivos, nuestro país no está sumido en una guerra de facciones, ni está ocupado por ejércitos extranjeros, ni está en una región que es un polvorín, ni tiene que lidiar con que su principal cultivo es la amapola y la posterior producción de opio. La reflexión que le propongo al lector, entonces, es conceptual. Independientemente de cómo se implementa esta estrategia revisada (si es necesario desplegar más tropas en el terreno, por ejemplo), resulta interesante pensar si nosotros no necesitamos, acaso, una estrategia que verse en derredor de los mismos pilares para resolver algunos de los problemas que nos aquejan (proteger a la población y reestablecer la seguridad, en el marco de un fuerte consenso entre las fuerzas políticas).

Sobre esta estrategia hablamos todos. Proteger al pueblo: ¿podría algún bienpensante estar en contra de mayor salud, educación, mejores rutas, agua potable, cloacas, etc.? Reestablecer la seguridad: ¿no pensamos que las fuerzas del orden y la justicia deben prevenir el delito, y trabajar para que todos los ciudadanos puedan sentirse libres, sin amenazas a su integridad y a su vida?

Creo que la respuesta a estas preguntas es contundente: así debería ser. Donde estamos en deuda, todavía, es en manifestar la voluntad de querer comenzar por plantear una estrategia, de decidirnos a identificar los problemas y a abordar distintas formas de implementación, teniendo, en la mira, los dos ejes esbozados más arriba. Una suerte de segundo acto de la Mesa del Diálogo Argentino, con estos supuestos y con visión de futuro, sin que nos estemos peleando todos contra todos, y con el genuino compromiso de los representantes de todos los sectores de la sociedad, podría ser un buen punto de partida.