La “residencia básica integrada” se estructura en base a competencias y actividades profesionales a confiar o confiables (APROC) como una unidad de aprendizaje.
Las APROC, en efecto, son una unidad de práctica profesional o tarea esencial de una disciplina (profesión, especialidad o subespecialidad) que se le puede confiar a quien la aprende para que la desempeñe sin supervisión directa, luego de una delegación progresiva de la misma.
De acuerdo a lo especificado por el Ministerio de Salud de la Nación a través de un comunicado, el ingreso a las residencias con ese formato de entrenamiento debe reconocer y valorar el aprendizaje previo adquirido para profundizarlo dentro del sistema de formación.
De esta manera, las nuevas residencias y las prácticas finales obligatorias (PFO) o internado anual rotatorio (IAR) se podrán estructurar en base a las APROC (a su vez, el programa de formación contemplará el diseño de las actividades que permiten organizar de manera articulada y coherente los aspectos formativos).
Asimismo, las APROC permiten la articulación de las currículas de grado y posgrado, en la medida que ambos programas formativos contengan las mismas actividades y competencias profesionales, siendo que su validación en el ámbito de la residencia básica integrada se dará mediante una evaluación, mientras que el nivel de confianza por el cual se aprueban será alcanzado cuando puedan realizar una actividad sin supervisión (N4) o supervisar a otro residente (N5).
En otro orden, la normativa redefine los requisitos que los ingresantes deberán presentar para la incorporación al Sistema Nacional de Residencias de Equipo de Salud, como así también modifica condiciones para la renuncia, permanencia y promoción de los residentes.