El proyecto, construido desde las bases del colectivo en San Luis, busca garantizar la inclusión social y los derechos en igualdad de condiciones para la población trans, teniendo en cuenta las leyes ya conquistadas como la Ley de Identidad de Género, la del Matrimonio Igualitario y de cupo laboral travesti trans.
“Nuestras adulteces tienen una expectativa de vida de 35 años y se van muriendo sin gozar de ningún derecho, condenadas a la segregación y el olvido y con serios problemas de salud que no se solucionan porque hemos vivido despojadas de todos los derechos civiles y sociales históricamente”, afirmó Ana Roja, dirigente de las adulteces trans en la Mesa por la Igualdad.
“Esta ley tiene una especial significación para nosotros porque contiene en su articulado la necesaria reparación histórica de los derechos negados a nuestra colectiva, en la que miles de nosotras pasamos también por la triple discriminación durante los años de plomo de la dictadura cívico, militar y eclesiástica de 1976 por ser mujeres, trans y pobres”, explicó.
Por su parte, Zayra Guzmán, lideresa de la Corriente Nacional Lohana Berkins, manifestó que el texto presentado ante “nuestros representantes contempla además los derechos de las niñeces y las adolescencias trans, como una forma de evitar que padezcan los horrores a los que fuimos sometidas nosotras, expulsándonos del sistema y obligándonos a vivir en la oscuridad de lo público y explotadas en lo privado”.
“Reclamamos los derechos que como cualquier persona nos asisten y que son salud, trabajo, vivienda y educación en condiciones de igualdad con la comunidad cis, para que nunca más seamos reducidas al abuso y a la violencia homofóbica que en muchos casos empuja a nuestras juventudes a la depresión y al suicidio”.