Tras la declaración de la viruela símica como un evento de salud pública de importancia internacional emitida por parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS), autoridades y equipos técnicos del Ministerio de Salud nacional mantuvieron un encuentro donde se compartieron detalles sobre la situación epidemiológica a nivel país, a la vez que se brindó información sobre prevención y manejo de casos, y se analizaron las acciones de vigilancia, detección y diagnóstico de la enfermedad.
Vale recordar que el llamado de alerta de la OMS tiene lugar luego de la identificación de una nueva variante del virus mpox, Clado Ib en África, la cual aún no se ha identificado en el continente americano (la nueva variante está asociada a una transmisión sostenida, así como a la aparición de casos en una gama de grupos de edad más amplia que en brotes anteriores, incluidos los niños).
En ese sentido y de acuerdo al último Boletín Epidemiológico Nacional emitido el 12 de agosto pasado, durante el 2024 y hasta este momento se confirmaron 5 casos de viruela símica en Argentina, de un total de 39 casos notificados (todos ellos identificados desde fines del mes de julio). Por otro lado, detalla que no se registraron personas fallecidas por esta enfermedad en este año.
Pese a que en Argentina todavía no se han registrado casos con la nueva variante de viruela símica, la cartera sanitaria continua priorizando las acciones de vigilancia epidemiológica para la detección, diagnóstico precoz, atención adecuada e implementación de medidas de aislamiento y rastreo de contactos de posibles casos.
Al mismo tiempo, se reforzaron las recomendaciones según las guías del Reglamento Sanitario Internacional para dar las alertas ante sospechas a todos los referentes de frontera en los puntos de entrada terrestre, puertos y aeropuertos.
Finalmente, se recordó que los síntomas más comunes de la viruela símica son las lesiones en la piel y mucosas, que pueden doler; mientras que las lesiones se pueden ubicar en regiones genitales, paragenitales o perianales, la cara, las palmas de las manos, las plantas de los pies o tronco (el número de lesiones, se especificó, puede oscilar entre unas pocas localizadas hasta a múltiples dispersas en distintas localizaciones).
Los mismos suelen durar de dos a tres semanas y, por lo general, desaparecen por sí solos o con cuidados de apoyo, como medicamentos para el dolor o la fiebre.