Hubo acuerdo entre el radicalismo, el Frente Amplio Progresista y la Coalición Cívica. Massa anotó su frente para competir, mientras que la negociación entre De Narváez y Macri no llegó a buen puerto.
Al cabo de una jornada de intensas negociaciones que tuvieron como principales protagonistas al radicalismo y el FAP, por un lado, y a los diferentes sectores del peronismo no kirchnerista, se cumplió el plazo de inscripción de alianzas a nivel provincial para participar de las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) y, luego, de las elecciones legislativas que se celebrarán el 27 de octubre.
El primero en cumplir el trámite fue el oficialismo. Mientras que, en medio de la “rosca”, la oposición esperó hasta última hora para inscribir sus alianzas ante la Junta Electoral Provincial y la Justicia Federal, los apoderados kirchneristas anotaron poco después del mediodía del miércoles al Frente para la Victoria (FpV), compuesto por el PJ y otras 33 fuerzas y agrupaciones vecinales.
Uno de los focos de negociación más intensos fue el que tuvo como protagonistas a la UCR y el Frente Amplio Progresista (FAP) de Margarita Stolbizer, que finalmente lograron llegar a un acuerdo para la conformación de una alianza junto a la Coalición Cívica (CC).
Las fuerzas oficializaron una alianza que se llamará Frente Progresista Cívico y Social, que llevará como candidatos a diputados nacionales a Stolbizer y, en segundo lugar, a Ricardo Alfonsín.
Pero la alianza entre la fuerza que representa a nivel provincial Margarita Stolbizer y la UCR derivó en un desmembramiento del FAP, por el alejamiento de varios partidos que integraban ese frente y rechazaban un acuerdo con los radicales.
La cara visible de ese éxodo fue Víctor De Gennaro que, con su fuerza Unidad Popular, cerró un acuerdo con el Partido del Trabajo y el Pueblo, el MST de Vilma Ripoll y el Partido Social de la gobernadora de Tierra del Fuego Fabiana Ríos.
Otro frente que se anotó en la noche del miércoles era el del partido Es Posible de los hermanos Rodríguez Saá y el Movimiento Independiente de Jubilados y Desocupados (MIJD) que lidera Raúl Castells.
En el universo del peronismo no kirchnerista, el escenario quedó planteado con dos grandes sectores que competirán con sus propios frentes: el que encabeza Sergio Massa y el de Francisco De Narváez.
El intendente de Tigre inscribió a su espacio político denominado “Frente Renovador”, en el que sumó a jefes comunales aliados (como Jesús Cariglino) y a la fuerza del ex gobernador Felipe Solá.
Sin embargo, Massa aún no definió si participará de las PASO para enfrentar al kirchnerismo presentando candidatos a diputados nacionales, o si solo presentará listas “cortas” para competir en sus respectivos distritos por los cargos de legisladores provinciales y concejales.
La inscripción del frente massista vendrá a dividir en la Provincia el voto del peronismo no kirchnerista.
Tal como se preveía, por su parte, las negociaciones entre De Narváez y el jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri no llegaron a buen puerto. El “Colorado” competirá en un espacio separado del PRO, que por su parte analizaba un acuerdo con la agrupación vecinalista que lidera el intendente Gustavo Posse.