El ex ejecutivo del JP Morgan, Hernán Arbizu, describió ante el juez federal Sebastián Cassanello que “hay una estructura armada por los bancos, particularmente en este caso JP Morgan, para ayudar a sujetos pasibles de pagar impuestos en la Argentina, a evadir impuestos y, en segundo paso, a un posible lavado de dinero”.
“JP Morgan, sólo para Argentina, tenía asignado entre banqueros y asistentes, más de 20 personas y manejaban más de seis mil millones de dólares”, manifestó Arbizu ante el juez.
La declaración, que pasó inadvertida por los grandes diarios y sólo fue reflejada por los filokirchneristas, explicó que las cuentas de argentinos en el exterior que manejaban Arbizu y sus colegas tenían “mínimos de cuenta de 25 millones de dólares líquidos” y se correspondían con el sector denominado “ultra altos recursos”. Prácticas similares, indicó el “arrepentido”, hacían entidades como Citibank, UBS y Credit Suisse, entre otros.
Arbizu describió el mecanismo de “captación de nuevos clientes” y explicó: “esto es importante porque ahí se está reconociendo que el servicio que se brindaba a los clientes en la mayoría de los casos era ilegal, porque ellos una vez que contactaban con un futuro cliente y éste se convertía en tal, ninguno de esos banqueros -hunters, cazadores, como se les decía en realidad- tenían más trato con el cliente, ni acceso a sus cuentas”. Según Arbizu, uno de los cerebros de esa compleja operatoria era Facundo Gómez Minujin, presidente de Arteba e hijo de la artista Marta Minujín, quien “organizaba encuentros en hoteles con futuros clientes”. Y añadió: “Teníamos presupuestos enormes para gastos de invitación de clientes”.
El asesoramiento legal de esas prácticas sospechadas de ilegalidad estaba a cargo del estudio Cárdenas, Cassagne y Beccar Varela, uno de los más reconocidos en materia de derecho administrativo.
Arbizu dijo que en la actualidad “no hay menos de dos mil personas” haciendo lo mismo que él denunció en 2008. Y que “ante la inacción de los últimos cinco años; ante una situación como esta, lo primero que hacen los bancos es cambiar los números de todas las cuentas de sus clientes. Estoy seguro que todos los números de cuentas que yo aporté hace cinco años no existen”.