El espíritu de la nueva ley en materia de ADN, que obliga a la extracción compulsiva para obtener el patrón genético en el marco de una investigación por un delito, ya tuvo su primer coletazo en la Justicia.

(Cuarto Intermedio  – 10 de diciembre de 2009) – La semana pasada trascendió un fallo de la Cámara Nacional de Casación Penal que extendió los alcances de una ley pensada para hijos de desaparecidos, a otra hija adoptada irregularmente aunque sin relación con causas de derechos humanos.

Los jueces Raúl Madueño, Juan Carlos Rodríguez Basavilbaso y Juan Fegoli, ordenaron extraerle sangre a una mujer presuntamente adoptante irregular, pero aceptaron la negativa de la hija supuestamente adoptada de manera irregular. Parece un juego de palabras, pero encierra una de las tantas historias de presuntos “hijos comprados” y anotados como propios, en una situación de ficción que estalla cuando la verdad irrumpe.

Si bien la adoptada no quiere saber si es o no hija de quien llamó toda su vida “mamá”, la Justicia sostuvo que ello no es decisivo en la causa: “siendo el objeto de la investigación un delito de acción pública (supresión y suposición de identidad), no tiene injerencia en la cuestión la falta de interés manifestada por la supuesta damnificada por el hecho”. Ello equivale a que podrán obtener su ADN mediante otros métodos como por ejemplo, un cepillo de dientes.