Las violaciones a los derechos humanos durante la última dictadura fueron “federales” en el mal sentido de la terminología. Se cometieron aberraciones en toda la geografía argentina y, poco a poco, se va haciendo justicia en cada una de las jurisdicciones.
La última buena noticia en ese sentido la dio la Corte Suprema al ratificar la condena a prisión perpetua contra el ex represor misionero Juan Antonio Beltrametti, dictada por un tribunal oral mesopotámico en 2009 por los delitos de “privación ilegal de la libertad, aplicación de tormentos y homicidio”.
Beltrametti encabezó en Misiones el derrocamiento del gobernador Miguel Ángel Alterach el 24 de marzo de 1976. Además, fue jefe del aparato represivo que funcionó en el Distrito Militar Misiones y su sucesor, Carlos Humberto Caggiano Tedesco, siguió los mismos pasos (en la dictadura y ahora, porque también él fue condenado).
Los jueces de la Corte Suprema de Justicia, Ricardo Lorenzetti, Elena Higton de Nolasco, Juan Carlos Maqueda y Carmen Argibay, rechazaron por “inadmisible” el recurso de queja presentado por la defensa oficial del ex dictador misionero, a cargo de la defensora oficial Graciela Galván.