Finalmente y después de las controversias que se levantaron en torno al tema, el proyecto para que los jóvenes voten a los 16 años comienza a transitar su camino en el Senado para ser convertido en ley.
La iniciativa, motorizada por el senador del Frente para la Victoria (FpV) Aníbal Fernández, comenzará a ser analizada en la Comisión de Asuntos Constitucionales de la Cámara alta y amaga en convertirse en uno de los temas más controversiales que pasarán por el recinto en el 2012, puesto que existen diferentes posiciones entre los legisladores del oficialismo y de la oposición dentro de sus propias filas.
Uno de los datos más curiosos, tal vez, es la inusitada divergencia entre dos “pesos pesados” del kirchnerismo en torno a la obligatoriedad del voto: se trata del presidente de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez y del titular del bloque del FpV en el Senado, Miguel Angel Pichetto. El ex ministro de Agricultura, por su parte, opinó a través de su cuenta de Twitter que “el voto a partir de los 16 años debería ser potestativo para que los adolescentes puedan optar si quieren sufragar o no…”, mientras que el legislador rionegrino había expresado todo lo contrario hace unos pocos días, al decir que “para mí debería ser obligatorio. Un joven hoy en la Argentina está inserto en una realidad económica y social… tiene una mirada sobre los problemas del país que vive y está en la actitud psicológica para poder analizarlo y votar”.
Así las cosas, la “letra chica” del proyecto ya está siendo revisada en una audiencia pública llevada a cabo en el Salón Arturo Illia del Palacio Legislativo, que además contará con alrededor de sesenta expositores (entre ellos el ministro de Educación, Alberto Sileoni) para dar sus opiniones y puntos de vista al respecto.
Según fuentes legislativas, desde el lado del oficialismo existe optimismo respecto a su aprobación, ya que contarán con el apoyo del Frente Amplio Progresista (FAP) comandado por Hermes Binner y también con el de algunos monobloques. No obstante, hay una cuota de misterio respecto a la postura de los legisladores del peronismo disidente, dado que aun no se expresaron de manera conjunta como sí lo hizo el radicalismo, por ejemplo, que ya adelantó que lo hará de manera negativa.
Por otra parte y más allá de lo manifestado por Domínguez, en Diputados también el kirchnerismo tendría todo bajo control salvo por el “voto extranjero”, que al igual que como lo expresó un puñado de senadores de la Cámara alta, hay desacuerdo con algunos de sus ítems.
Por tanto, en el caso de que el proyecto sea aprobado en el recinto por los senadores (se especula con que sea tratado hacia fines de octubre), la idea del oficialismo sería que la Cámara baja lo aborde lo antes posible para evitar cualquier tipo de percance que lo termine encimando con el fin del período ordinario de sesiones.