La Mesa Agropecuaria se reúne en Bolívar. Pedirán al gobernador Daniel Scioli que dicte la emergencia.

La Mesa Agropecuaria bonaerense se reunirá en Bolívar para debatir con dirigentes y productores los efectos de las lluvias en la región y la falta de una declaración formal de la emergencia agropecuaria que permita diferir el pago de impuestos.

Concretamente, las entidades reclamarán soluciones a la Provincia de Buenos Aires y que se dicte la emergencia para los distritos afectados, porque sus dirigentes sostienen que si bien esa medida fue resuelta, no está vigente porque falta la firma de los decretos por parte del gobernador.

Las inundaciones afectaron el centro y oeste de la Provincia y luego se sumó el sudeste, lo que generó graves pérdidas para el campo. De acuerdo a estimaciones del sector, unas 11 millones de hectáreas se vieron afectadas y las pérdidas rondan los 4.500 millones de pesos.

“El panorama de los productores es muy grave. Se pasó de una sequía en enero y febrero a una inundación. Hay vacas que están pariendo en el agua, y los terneros mueren. En muchos campos no se podrá sembrar soja o maíz”, advirtió el jefe de la Sociedad Rural, Hugo Biolcati.

Además, dijo que “lo más grave son las obras que no se han hecho, porque el gobierno no encara con seriedad el plan hidráulico en la provincia de Buenos Aires; y pensar que de haberlo encarado se podría haber evitado tanta pérdida”.

En ese marco, funcionarios del gobierno bonaerense salieron a cruzar con dureza al intendente de Pehuajó, Pablo Zurro, quien había cuestionado el accionar de la Provincia para evitar las inundaciones en su distrito y vinculó esa situación a su militancia en el kirchnerismo. “Mezclar diferencias políticas con la atención de los problemas de la gente, es de miserables”, contraatacó el ministro de Infraestructura, Alejandro Arlía.

En tanto, el agua que inunda los campos de más de una decena de distritos comenzó a escurrir hacia los arroyos, lo que descomprime la situación, según aseguraron desde la Provincia, aunque los intendentes reconocen que el escenario sigue siendo muy complicado.