El proyecto de Presupuesto 2013 ya está en el Congreso y el kirchnerismo trabajará a destajo para que sea convertido en ley en noviembre. La oposición, por su parte, le pone “puntos suspensivos” para cuando haga su paso por el Senado.
El Presupuesto 2013 ya hizo su ingreso en el Congreso de la Nación el pasado viernes y pese a que hubo quejas de la oposición porque el oficialismo no difundió el texto, se espera que para el próximo jueves el ministro de Economía, Hernán Lorenzino, haga su presentación formal en la Cámara de Diputados.
Entre los puntos salientes del proyecto, según trascendió, se estipula un dólar a $5,10; un crecimiento en la economía de alrededor del 4,4% y una inflación que alcanzaría el 8,9 por ciento. Además, se prevé un nuevo recorte para los subsidios (energía, transporte, servicios, etc) y la utilización de reservas del Banco Central para cancelar obligaciones de la deuda pública.
El dato principal, si se quiere, es que a diferencia de otros años, el Ejecutivo nacional buscará que el Presupuesto 2013 sea aprobado definitivamente en sesiones ordinarias para no tener que recurrir a una prórroga (como ya le sucediera a Cristina con el del 2010), y es por ello que existe optimismo entre los asesores kirchneristas de la Cámara de diputados, puesto que el oficialismo cuenta en la actualidad con el número de bancas suficientes para aprobarlo. Sin embargo, admiten que el trámite por el Senado no será tan “descontracturado”, ya que los votos estarían más ajustados (no olvidar lo sucedido con Daniel Reposo, por ejemplo).
Por tanto y en pos de evitar inesperados traspiés que provoquen la ira presidencial, se comenta que ya existieron contactos entre los presidentes de las comisiones de Presupuesto y Hacienda de ambas Cámaras legislativas (Aníbal Fernández y Roberto Feletti) para trazar una estrategia en común de cara al tratamiento de la ley. De hecho, se acordó que la Cámara baja lo exponga en el recinto, a más tardar, para fines de octubre, y que el Senado haga lo propio durante el mes de noviembre.
La oposición, enterada a través de los trascendidos sobre los números del proyecto, ya prepara una batería de críticas para el arranque de las reuniones de comisión y también vaticinó un paso para nada sencillo cuando haga su ingreso en la Cámara alta.