La repentina e inesperada alianza entre Hugo Moyano y Luis Barrionuevo no busca otra cosa más que la de aunar fuerzas para hacerle frente a la Presidenta y erigirse como los representantes de la clase trabajadora. Apuestan, además, al desgaste de la figura de Antonio Caló por su cercanía a la Casa Rosada.
“Todo suma”, parecería ser la premisa para Hugo Moyano, quien acaba de sumar una nueva espada para su cruzada contra el gobierno nacional: Luis Barrionuevo.
“A pesar de no tener ninguna afinidad con Moyano, compartimos la lucha por los intereses de los trabajadores”, manifestó públicamente el titular de la CGT Azul y Blanca, central alternativa que surgió, paradójicamente, en contraposición a la de su ahora aliado. De hecho, no solo el catamarqueño compartió recientemente una manifestación con el gremio de los camioneros para reclamarle al Ejecutivo nacional la cancelación de una deuda millonaria por las obras sociales de los sindicatos, sino que además ratificó que los gastronómicos se sumarán al paro nacional convocado por Hugo Moyano y Pablo Micheli (CTA) para el 20 o 22 de noviembre. “Nosotros acompañaremos la medida, pero hay que ponerse a trabajar ya”, espetó Barrionuevo.
Sin embargo no todo fue fruto del azar, ya que según dicen, desde las filas del titular de la CGT se viene trabajando intensamente para ni siquiera dar un paso en falso en relación a la batalla (declarada y abierta) contra las políticas impartidas desde la Casa Rosada. Incluso, trascendió que si bien desde la central obrera algunos no miraban con malos ojos la posibilidad de sumarse a la marcha del “8N”, hay otro grupo que piensa que en realidad se estaría jugando con un arma de “doble filo”: se lo podría acusar a Moyano de oportunista y hasta responsabilizarlo por el corte de los servicios de transporte y distribución (afectados a la movilización); o lo que es pero aún, de incidentes, en el hipotético caso que se registren.
Pero no solo la atención se centra pura y exclusivamente en lo que pasa puertas adentro de la CGT de la calle Azopardo, sino que también se siguen los pasos del otrora flamante titular de la central de trabajadores reconocida oficialmente por la Casa Rosada (el ministerio de Trabajo emitió una resolución desconociendo las elecciones celebradas por Moyano en Ferro): la que conduce el metalúrgico Antonio Caló.
Es que para el entorno del camionero, Caló comenzó a ser mirado de reojo por los propios trabajadores de su riñón ante la falta de beneficios desde el gobierno nacional para con ellos y por tanto, hay quienes suponen que el metalúrgico buscará apurar algún anuncio para no quedar, como muchos lo acusaban, de aceptar formar parte de una “CGT oficialista” sometida a la voluntad de lo que le indiquen desde Balcarce 50.
Mientras tanto, la tropa de Moyano se regodea con toda esta situación, puesto que se traduce en un desgaste para la imagen de Caló en la consideración de los trabajadores y hasta de la propia opinión pública.
No obstante, el resultado y los posteriores titulares de los matutinos una vez transcurrido el “8N” y el paro nacional de fines de este mes, arrojarán los pasos a seguir de esta particular y conveniente alianza denominada Moyano-Barrionuevo.