En medio de pujas internas en la Unión Cívica Radical (UCR), dirigentes de ambos sectores se reunieron en las últimas horas para definir un frente común.
La UCR y el Frente Amplio Progresista (FAP) buscaban en las últimas horas acordar una alianza electoral en la Provincia de Buenos Aires, en medio de una compleja negociación que se había trabado y que dejaba entre signos de interrogación la posibilidad del armado de este frente de centroizquierda.
Si bien se había avanzado en un esquema por el cual sería primer candidata a diputada Margarita Stolbizer, seguida por el radical Ricardo Alfonsín, las conversaciones se trabaron a partir de una serie de exigencias del FAP que en principio no eran aceptadas por los radicales. Pero no sólo ese aspecto se transformaba en un obstáculo para el cierre: había estallado la interna de la UCR por los lugares que le corresponderán a las distintas líneas en las listas.
En la negociación que ensayaron dirigentes del FAP con la UCR, el sector que lidera a nivel nacional Hermes Binner planteó que tanto las listas de diputados nacionales como las de candidatos seccionales, debían cerrarse por la vía de un acuerdo. Es decir, se vedaba la posibilidad de definir las candidaturas en las Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) de agosto.
Los radicales, que horas antes se habían reunido para definir la estrategia negociadora, pretendían que se dejara abierta la posibilidad de ir a las urnas para resolver los candidatos a legisladores provinciales, una postura que tiene que ver con las dificultades que existen en la UCR para unificar criterios.
Si bien algunos dirigentes se apresuraron a anunciar la alianza, lo cierto es que la negociación había pasado a un cuarto intermedio a raíz de la falta de acuerdo entre el FAP y la UCR y además, en el propio seno del radicalismo.
Según se supo, en las conversaciones se había avanzado con la idea de que de los primeros ochos legisladores nacionales, cuatro le correspondieran a la UCR y los otros cuatro a las distintas fuerzas que componen el FAP. “Pero de los cuatro nuestros, el alfonsinismo se quiere quedar con tres”, decían, furiosos, dirigentes del sector Nuevos Aires, opositor a Alfonsín.
Así, la negociación se había empantanado. “Nosotros no nos vamos a ajustar para solucionar la interna radical”, afirmaban en el sector de Stolbizer, donde apuraban a la UCR a definir porque “faltan siete días para presentar las alianzas”.
“Planteamos una serie de criterios de equidad para el acuerdo. Si los aceptan, avanzamos. Después, el tema de los nombres para los espacios que les tocan, que los resuelvan ellos”, manifestaron.