La jefa del bloque oficialista del Senado provincial, Cristina Fioramonti, sugirió una dura acusación sobre Leonor Granados. “Yo no sé qué razón le pusieron sobre la mesa que la pudo hacer cambiar. Creo que no fue una razón política”, dijo.
La “sospecha” la lanzó Cristina Fioramonti, presidenta del bloque del Frente para la Victoria (FpV) del Senado bonaerense, durante una conferencia de prensa. Se refería a Leonor Granados, la legisladora que dejó la semana pasada el oficialismo para sumarse al Frente Renovador que conduce Sergio Massa.
Fioramonti no expresó, en cambio, conceptos tan duros sobre los otros dos senadores que también dejaron el oficialismo para sumarse al massismo luego de las elecciones primarias, Baldomero “Cacho” Alvarez y Osvaldo Goicoechea. “Había compañeros que ya hacía tiempo que no venían a las reuniones de bloque”, se limitó a decir sobre los otros pases.
Quizás la “diferencia” resida en que Alvarez y Goicoechea hacía tiempo, efectivamente, que no se llevaban bien con la conducción “K” del bloque. Son miembros de la agrupación La Juan Domingo, que nació hace más de un año justamente en el Senado con un objetivo central: defender en esa Cámara, y más precisamente en el seno del propio oficialismo, las leyes que impulsaba el gobernador Daniel Scioli y que solían ser rechazadas, sustancialmente modificadas o cajoneadas por los legisladores ultrakirchneristas.
En cambio, Leonor Granados tiene origen y trayectoria kirchneristas. Es hermana del intendente de Ezeiza, el ultra “K”, Alejandro Granados, y cuñada por lo tanto de la diputada nacional Dulce Granados que en los comicios de octubre buscará la reelección como candidata en la lista del FpV que se definió en la Casa Rosada y que encabeza Martín Insaurralde.
Los Granados, por lo pronto, sintieron el impacto del pase de una integrante de la familia al massismo.
Apenas se conoció la incorporación de Leonor Granados al Frente Renovador, su cuñada anunció que impulsará una ley que disponga una multa de un millón de pesos a los legisladores que, habiendo sido elegidos por una fuerza política, luego se suman a otra.
Aunque se trataría, de prosperar, de una ley con alcance para los legisladores nacionales, Fioramonti respaldó esa iniciativa, afirmando que “hay que defender los derechos de los ciudadanos como electores”. Y señaló también que “algunos compañeros tienen ganas de impulsar un proyecto parecido en la Provincia de Buenos Aires. “Me gustó cómo definió estas situaciones el compañero (senador sciolista Alberto) De Fazio: dijo que estos pases son como si un futbolista jugara el primer tiempo con la camiseta de un equipo y el segundo con la camiseta del rival”, remató.