Investigan origen de medicamento que asegura curar el cáncer

Otra vez el veneno de serpientes vuelve al tapete judicial como potencial cura milagrosa del cáncer. Esta vez, la Corte resolvió que el juez federal... Por Cuarto Intermedio

Otra vez el veneno de serpientes vuelve al tapete judicial como potencial cura milagrosa del cáncer. Esta vez, la Corte resolvió que el juez federal Marcelo Martínez de Giorgi quede a cargo de una investigación por la presunta comercialización de un medicamento elaborado sobre la base de “la combinación de proteínas extraídas del veneno de serpientes y escorpiones” que no está registrado ni, menos aún, autorizado por el Ministerio de Salud.

La causa se inició “a raíz de la búsqueda efectuada por personal del Programa de Monitoreo y Fiscalización de Publicidad y Promoción” del INAM, que “pudo comprobar que a través de una página de internet se ofrecía al público un tratamiento homeopático mediante el cual se prometía controlar, reducir y/o curar la enfermedad de cáncer”.

Se trata del método ‘IBION-VESAM-VESCOZUL’, “creación del profesor Dardo Prusak , quien no se encuentra inscripto como profesional de la salud, y trataba la enfermedad con un producto cuya elaboración se compone de la combinación de proteínas extraídas del veneno de serpientes y escorpiones”.

La cura milagrosa es promocionada como “un tratamiento natural para enfermedades autoinmunes, degenerativas y oncológicas y los resultados que se han obtenido en tratamientos de tumores de distintos tipos y estadías son realmente alentadores”. Mediante una terapéutica cuya dinámica no es conocida, el método “estimula la correcta acción del sistema inmunológico. En caso de las patologías oncológicas, esta profunda restauración del sistema inmunológico, y la recuperación de la armonía de las funciones vitales, ‘despiertan’ al organismo para que logre defenderse por sí mismo y de un modo absolutamente natural, contra la enfermedad”.

En los años 80´, durante el gobierno de Raúl Alfonsín, un experimento similar, en aquella oportunidad llamado “crotoxina”, generó un revuelo mayúsculo y finalmente terminó esfumándose en los pliegues y repliegues del tiempo, y los intereses de los grandes laboratorios y sus socios políticos.

La Corte, siguiendo un dictamen de mayo pasado del ex procurador adjunto Luis González Warcalde, estimó que “no puede descartarse que los hechos que se denuncian hubiesen comprometido la salud pública vulnerando tanto la ley de medicamentos como la de marcas”.