A principios de 2011 el Colegio Público de Abogados de la Capital Federal advirtió sobre la inconveniencia del proyecto de convertir al Banco de la Nación Argentina en el único para todo el ámbito de la Justicia Nacional como de la Federal con asiento en la Capital.
En dicha inteligencia remitimos notas a la Presidente de la Nación, al Ministro de Justicia y a todos y cada uno de los Diputados y Senadores manifestando las motivaciones de nuestra rotunda oposición.
Acudimos personalmente a las reuniones preliminares en las Comisiones pertinentes de las Cámaras de Diputados y de Senadores recalcando que el proyecto afectaría decisivamente tanto a los justiciables como a sus abogados puesto que, ya por entonces el Banco de la Nación Argentina ocupándose sólo del Fuero Civil prestaba una lamentable atención al público para realizar cualquier gestión judicial en su Sucursal Tribunales de Uruguay y Lavalle.
A modo conciliatorio propusimos que el Fuero Nacional siguiera en la esfera del Banco de la Ciudad de Buenos Aires y que el Federal se transfiera al Nación, como ocurre en las Provincias, máxime ante los reiterados anuncios sobre la futura transferencia de la Justicia Nacional a la Ciudad, lo que convertiría necesariamente a la reforma en un dispendio innecesario tanto de esfuerzos económicos como humanos. La propuesta, obviamente, ni fue considerada.
También advertimos sobre la incapacidad edilicia e informática del Banco de la Nación para afrontar el desafío, puesto que ya con un solo Fuero, las demoras eran interminables prolongándose por horas cualquier tramitación.
Preguntamos a los legisladores nacionales: “Si con un solo Fuero la Sucursal Tribunales del Banco Nación está colapsada, ¿qué pasará cuando deba atender todos los fueros?”. La respuesta era obvia: El caos.
Realizamos interminables periplos advirtiendo en medios radiales, gráficos y televisivos que las disputas para obtener mezquinos beneficios electorales entre el Poder Ejecutivo Nacional y el Gobierno Autónomo de la Ciudad de Buenos Aires no pueden ni deben afectar el normal funcionamiento de uno de los Poderes del Estado, el Judicial, y mucho menos perjudicar al verdadero Soberano, el Pueblo, ya que la política supuestamente existe para lograr su felicidad. El tiempo, desgraciadamente, una vez más nos ha dado la razón.
Desde hace más de un año quienes acuden ante los Tribunales en busca de justicia y sus Abogados, cuando tienen que percibir giros o realizar tramitaciones de oficios, depósitos, etc., deben soportar estoicamente interminables filas en la puerta del Banco de la Nación Argentina Sucursal Tribunales, tolerando oprobiosas temperaturas a pleno rayo de sol en verano, o bajo cero y la lluvia en el invierno tan solo para sacar un número y que se les indique cuando podrán hacer efectivos sus derechos, para luego tener que volver y realizar otra interminable cola para poder llegar a las ventanillas.
Sin perjuicio de ello, es menester señalar que ha comenzado a producirse idéntica situación en la sucursal de la calle Florida, abierta por el Banco Nación para atender a las nuevas cuentas judiciales, ante su incapacidad de poder solucionar la cuestión en la zona de Tribunales, para lo que le fuera ofrecida toda la colaboración de nuestra recuperada Institución a su Presidente en innumerables reuniones.
Por todo ello exhortamos a la Presidencia de la Nación y al Honorable Congreso a que cese de inmediato este abuso, procediéndose a la derogación de la llamada “Ley Conti” y que se retrotraiga la situación para lograr la coexistencia de ambos bancos judiciales en la esfera de la Capital Federal, tal cual funcionaban antes de este despropósito y que no se prolonguen “sine-die” los efectos nocivos de éste engendro normativo.
Errar es humano pero mantenerse en el error es necedad ya que, como dice el viejo proverbio chino, “El sabio puede sentarse en un hormiguero, pero sólo el necio se queda sentado en él”.
*Presidente y Secretario General del Colegio Público de Abogados de la Capital Federal.