La Cámara Federal de Casación Penal ratificó que deberá proseguir la investigación por una presunta comercialización marginal de cereales “encubriendo a los verdaderos productores, mediante la captación de personas indigentes a los que se inscribía en la AFIP-DGI como monotributistas, quienes aparentaban realizar las operaciones de compraventa”.
La Sala IV de la máxima instancia en lo penal del país declaró “inadmisible” un recurso extraordinario por el cual la defensa de los tres imputados pretendía que la Corte Suprema revisase el fallo que revocó sus sobreseimientos y ordenó seguir adelante con la pesquisa.
La resolución cuestionada fue dictada por la misma Sala y allí se ordenó “rechazar el planteo de falta de acción y sobreseimiento interpuesto por la defensa” de los acusados y “remitir las actuaciones al tribunal de origen a fin de que prosiga con la investigación”.
Los camaristas Mariano Borinsky y Gustavo Hornos rechazaron los recursos presentados por la defensa de los imputados a quienes aún les queda la última posibilidad de un recurso “directo” (o de queja) ante la Corte Suprema.
Al difundir el fallo el Centro de Información Judicial (CIJ) explica que “en las presentes actuaciones se le atribuye (a los imputados) haber formado parte de una asociación ilícita y haber comercializado marginalmente cereales encubriendo a los verdaderos productores, mediante la captación de personas indigentes a quienes se los inscribía en la AFIP-DGI como monotributistas, quienes aparentaban realizar las operaciones de compraventa de cereales”.
En este expediente la justicia cordobesa investiga “una organización presuntamente delictiva, cuya actuación perseguía evadir en parte la carga tributaria en la comercialización de cereales” mediante la cual “cada uno de los intervinientes habría cumplido un diferente rol, procediendo al reclutamiento y utilización, como ‘prestanombres’, de personas de bajos recursos e insolventes”.
La modalidad utilizada era la inscripción de éstos ante la AFIP como contribuyentes monotributistas, haciéndolos figurar como productores de cereales, con el fin de sustituir a los verdaderos vendedores en “negro”, ocultando así la identidad de quienes verdaderamente efectuaban las transacciones.