El Parlamento retomó su ritmo habitual y volvió a sesionar luego del viaje que un nutrido grupo de legisladores realizara en condición de observadores a la elección norteamericana. Puertas afuera, en cambio, otro tipo de actividad también se hizo notar…
Mientras ambas Cámaras legislativas del Congreso nacional son escenario de debate tras haber sido acordado el plan de labor parlamentaria luego de intensas reuniones en las comisiones durante el día martes, en las afueras del Palacio se perciben algunas particularidades que no están asociadas estrictamente a las habituales manifestaciones que suelen convocarse a sus alrededores.
Por caso y tal como lo vienen reflejando algunos medios de comunicación, sobre la calle Rivadavia -sector de acceso de los Diputados al recinto- se están viviendo momentos de tensión ya que se congregaron desde temprano, tanto quienes están en contra como a favor de las carreras de galgos a la espera del resultado que arroje la votación de la ley que busca prohibir esa actividad para cualquier raza de perro en todo el país.
A escasos metros de allí -más precisamente a la vuelta- sobre la calle Hipólito Yrigoyen, siguen con especial atención lo que sucede en el Senado dos grupos antagónicos pero no así enemigos: por un lado, los trabajadores de la industria naval se encuentran a la expectativa por el proyecto de Ley para el desarrollo de la marina mercante nacional, mientras que casi pegado a ellos y usando sus trajes característicos, están los bailarines de folklore celebrando una ley que garantiza el derecho a la educación sobre ese género.
Sólo algunas particularidades, en el marco de una sesión que promete ser extensa tanto para Senadores como Diputados.