Según un informe realizado por la Confederación Argentina de la Mediana Empresa, la baja más importante fue sobre los rubros de los electrodomésticos, seguido por los materiales de ferretería y para la construcción. “El consumo continúa en el letargo de todo el 2016”, advirtieron.
Un relevamiento elaborado por la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), arrojó que las ventas minoristas correspondientes al mes de noviembre registraron una caída del 8,5 por ciento, acumulando de esta manera una baja promedio del 7,1 por ciento en estos once meses del año.
“Noviembre fue otro mes malo para el comercio. Ni los descuentos, ni las posibilidades de financiamiento en cuotas sin interés, ni las ofertas atractivas del mercado, lograron despertar el consumo de las familias que siguió planchado y muy medido. La falta de poder adquisitivo fue notoria, como también los altos niveles de endeudamiento en las tarjetas que frenaron muchas ventas, ya sea porque los límites no alcanzaron o simplemente por la necesidad de reducir los pasivos”, reflexionaron desde la entidad presidida por Osvaldo Cornide.
El informe, además, consignó que las caídas anuales más pronunciadas en el mes de noviembre se produjeron en los rubros de “Electrodomésticos y artículos electrónicos”’ (-15,2%), “Ferreterías” (-14,1%), “Materiales para la construcción” (-11,9%), “Textil e indumentaria” (-11,9%), “Bazar y regalos” (-11,4%), “Materiales eléctricos” (-10,8%), y “Textil–Blanco” (-10,7%).
“Un factor que viene restando ventas en el mercado interno, son los viajes hormiga que hacen muchos argentinos a países vecinos como Brasil, Paraguay y Chile a realizar compras aprovechando los precios más convenientes especialmente en ropa, calzados, blanquería, y artículos electrónicos. Lo mismo sucede con los tours a Miami. Ese efecto se notó fuerte el último fin de semana largo de noviembre”, señala el informe.
Por último, desde CAME también consideraron que la venta ilegal en la vía pública afectó al comercio y que además hay muchas ciudades donde continúan creciendo la cantidad de “manteros” y abriendo nuevas “saladitas” que venden las mismas mercaderías que los negocios pero a precios muy inferiores ya que no pagan los impuestos correspondientes.