Durante todo el fin de semana, los principales dirigentes del oficialismo mantuvieron numerosas reuniones e hicieron cuentas una y otra vez para poder garantizarle al Presidente Mauricio Macri que se reunirá el quórum de los 129 diputados necesarios para que se pueda tratar en el recinto la iniciativa de reforma previsional.
En efecto, las negociaciones comenzaron el propio día que se cayó la sesión luego de que legisladores y ministros se dieran cita en la Casa Rosada para trazar una estrategia que posibilitara destrabar el tratamiento de la norma, en momentos en los que también desde el Ejecutivo “coquetearon” con la posibilidad de hacerlo a través de un Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU).
Al otro día (viernes), se reunieron en el Congreso los referentes de las bancadas oficialistas con un grupo de gobernadores y ministros para que éstos persuadieran a sus legisladores de que permanezcan sentados el lunes en sus bancas cuando sonara la chicharra convocando a la sesión.
Así las cosas, los mas conocedores del universo legislativo sólo aventuran a pronosticar que el debate en el recinto será “tenso”, pero nada sobre la suerte que correrá el proyecto de reforma previsional de la Casa Rosada.