El jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta; y el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, mantendrán un encuentro clave con el objetivo de analizar las últimas estadísticas de los contagios por coronavirus en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) para comenzar a delinear la estrategia de las flexibilizaciones que se podrían adoptar una vez que finalice con la “fase 1” del aislamiento social, preventivo y obligatorio el viernes 17 de julio próximo.
En ese marco y pese a que se esperará hasta el miércoles para que los especialistas emitan su veredicto final respecto al impacto real de la “cuarentena dura” que tuvo su reinicio el 1° de julio pasado, trascendió que el alcalde porteño le anticipará a su par provincial la intención de comenzar con la reapertura gradual de comercios y actividades, básicamente por dos razones: los números de los contagios, si bien no son los que se esperaban, evidencian cierta estabilidad dentro de los valores que se reportan diariamente y, por otro lado, la situación económica sobrepasó ya sus límites y se teme que ante ese panorama no se esperen protocolos u autorizaciones y que los negocios que aún continúan en pie reabran sus persianas, más allá de la fase que se decrete.
No por casualidad, entonces, se “filtró” en los últimos días el contenido de un “paper” de trabajo en el cual -sin consignar fechas- se prevé el retorno por etapas de actividades sin mencionar eventuales vueltas atrás u omisiones de aquellos rubros de contacto considerados como peligrosos. Todo lo que se consignó en el mismo, en definitiva, es para adelante.
“Tenemos casi 100 protocolos preparados sobre diferentes actividades para comenzar a desandar gradualmente la cuarentena… El 18 uno debería a comenzar a recuperar los comercios presenciales y paulatinamente se irá haciendo lo propio con otras actividades”, manifestó en la antesala del encuentro el vicejefe de Gobierno porteño, Diego Santilli, en diálogo con Radio La Red.
Por el lado de Kicillof, sin embargo, se continúa en estado de cautela dado que los casos de la enfermedad continúan mostrándose altos, aunque se sebe tener en cuenta que los mismos también se reflejan ante el incremento de los testeos. Es decir, comienzan a asomar a medida que se testea más, con lo cual no deberían compararse de manera tan estricta con los porcentajes de meses anteriores ya que la toma de muestras era proporcionalmente inferior a la actual. De todas formas y más allá de eso, los valores de las últimas semanas todavía hacen sobrevolar el fantasma del “colapso sanitario” para más de un funcionario provincial en el caso que se decida avanzar con más flexibilizaciones de manera oficial.
Paralelamente, el gobernador bonaerense también recibe la presión de varios intendentes -incluso de los pertenecientes al de su propio espacio político- quienes les hacen llegar cotidianamente las preocupaciones por la asfixiante situación económica y social que atraviesan sus respectivos distritos, algunos de ellos con pocos o nulos casos pero afectados por las restricciones en las localidades vecinas.
Es por ello que si bien Rodríguez Larreta y Kicillof acordaron mostrarse públicamente en sintonía frente a la lucha contra el coronavirus, lo cierto es que durante este encuentro cada uno expondrá su cuadro de situación en la previa a la reunión que mantendrán con el Presidente Alberto Fernández, en donde el primero está dispuesto a tomar la decisión política de avanzar con reaperturas -ya lo hizo saber públicamente a través de las declaraciones de sus funcionarios- más allá de las reservas que expresaron algunos sanitaristas.
En ese contexto, el mandatario bonaerense deberá decidir si, con algunas excepciones según los casos, se pliega a la propuesta de su par porteño o si bien espera a dirimir esas diferencias cuando se sienten en las próximas horas con el Jefe de Estado en la Quinta de Olivos.