La Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC) expresó su preocupación ante el proyecto de ley para establecer un “aporte solidario y extraordinario”, al entender que mediante una nueva carga sobre las personas humanas con grandes patrimonios incrementaría una presión impositiva ya de por sí muy elevada.
En ese sentido, indicaron que entienden que la progresividad es una característica bienvenida de los esquemas impositivos, pero también que antes de avanzarse con una obligación extra debe tenerse en cuenta que en el país ya existen tributos que están en función de la capacidad económica del contribuyente, como lo son el Impuesto a las Ganancias y el Impuesto sobre los Bienes Personales, gravando este último los mismos bienes sobre los que se intenta aplicar el gravamen que se proyecta, y cuyas alícuotas se incrementaron en hasta 9 veces en el último año.
Asimismo, desde la entidad afirmaron estar convencidos de que la expansión de la actividad, la reducción de la pobreza y la corrección del déficit fiscal, para ser sostenibles, requieren de la existencia de un sector privado dinámico y moderno, lo que difícilmente se logrará si se siguen incrementando las cargas que sobre él recaen con el riesgo adicional de generar algún grado de éxodo tributario a jurisdicciones con un tratamiento más favorable.
“La CAC considera que la reducción del desequilibrio fiscal demanda una paulatina baja del gasto público, a través de la supresión de ineficiencias varias y de una progresiva sustitución de los programas de asistencia -muy necesarios en la emergencia- por empleo privado genuino”, señalaron por medio de un comunicado, al tiempo que añadieron que “en materia de ingresos fiscales se requiere una reforma tributaria integral que consolide la progresividad del sistema, resuelva su extrema complejidad, provoque la disminución sustancial de la informalidad -que constituye una competencia desleal para los que sí cumplen con sus obligaciones-, incentive la inversión, promueva la creación y el desarrollo de empresas y armonice asimetrías territoriales y de dimensión”.
Por último la entidad sí acordó en que, tal como se menciona en los fundamentos del proyecto, se está atravesando una crisis de envergadura, provocada por la pandemia de coronavirus y las restricciones asociadas, que se suman a un virtual estancamiento de casi una década. Sin embargo, advirtió que no debe olvidarse que el país tiene una larga tradición en impuestos nacidos en la emergencia, casi siempre distorsivos, que acaban por perpetuarse, incrementando el cada vez más alto “costo argentino”.
“Por todo lo anterior, la CAC expresa su preocupación por la iniciativa mencionada y aboga por que se encuentren otros caminos para la necesaria consolidación fiscal, en beneficio de la inversión, la generación de empleo y el progreso económico y social del conjunto de la Nación”, concluyeron.