“La restricción voluntaria a las exportaciones es un instrumento de política comercial que, en este caso, daña al sistema productivo de la cadena cárnica, sector que genera empleo, activa la economía y mejora la inserción internacional competitiva del Mercosur. Argentina ha experimentado este tipo de políticas años atrás, con importantes secuelas negativas: el cierre de empresas frigoríficas, la caída en la producción y la pérdida de puestos de trabajo, lo que afectó tanto al sector productor como al industrial y a los propios consumidores argentinos”, manifestaron desde el Foro Mercosur de la Carne (FMC) por medio de un comunicado ante la entrada en vigencia de la restricción a la exportación de carne vacuna -por 30 días- dispuesta por el Gobierno nacional.
En ese sentido, señalaron que “la inserción internacional de nuestros países” y el crecimiento económico son inseparables, y que está comprobado que el comercio mejora el bienestar de los consumidores y la eficiencia de los productores.
Por caso, desde el FMC mencionaron que en los países del Mercosur la producción de carne se ha desarrollado considerablemente en los últimos años con la incorporación creciente de conocimiento y tecnología, cumpliendo así con los más exigentes requisitos sanitarios, de cuidado del medioambiente, y con las preferencias de los consumidores en cuanto a calidad.
“En definitiva, se trata de visualizar los beneficios de la producción de carne en términos de su potencial aporte al desarrollo sostenible de los países, tanto en lo económico, en lo social como en lo ambiental, evitando políticas de intervención con restricciones que acarrearán importantes perjuicios a la sociedad en su totalidad”, concluyeron.