Pese al sinfín de especulaciones y teorías que fueron surgiendo a partir del cimbronazo que provocó la renuncia a su cargo del ministro del Interior Eduardo “Wado” de Pedro, la cual ofició de “punta de lanza” para que luego hicieran lo propio una buena parte de los integrantes del gabinete (sobre todo los más próximos al ala kirchnerista), lo cierto es que nadie del Gobierno quiso (o se animó) a enfrentar a la prensa para dar su versión de la “caótica” jornada que comenzó a vivirse a partir de la tarde del miércoles.
De hecho, sólo aquellos dirigentes “satélites” o afines al espacio político gobernante apenas dejaron entrever una tímida opinión acerca de lo sucedido en programas de televisión donde, usualmente, suelen mostrarse más efusivos y pasionales al momento de ser invitados para hablar sobre la gestión gubernamental.
Es que en realidad, hay quienes dicen que ni ellos saben a ciencia cierta el trasfondo real de lo sucedido, o bien de la “jugada” interna que culminó con la serie de los sucesos acontecidos que sumieron en el mayor de los silencios -incluyendo el de sus redes sociales- a su principales protagonistas: el Presidente Alberto Fernández y su vice, Cristina Fernández de Kirchner.
En ese marco, además, llama poderosamente la atención que el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, tampoco haya pronunciado ninguna palabra sobre las renuncias “puestas a disposición” ya que, en definitiva, su escritorio debería haber sido el lugar por donde tuvieran que haber pasado las mismas puesto que se trata, nada más ni nada menos, que el jefe coordinador de todos los integrantes del equipo de gobierno que rodea al Jefe de Estado.
Tampoco y ya transcurridas cerca de 24 horas desde que se desencadenó la “crisis” interna, no se habla de reemplazos, ni de manera oficial ni tampoco en “off”, algo que torna aún más extraña la situación.
Si bien se mencionó tanto al titular de la Cámara Baja, Sergio Massa, como así también al referente del bloque de diputados del Frente de Todos (FdT), Máximo Kirchner, como posibles ingresos al gabinete, en verdad nada de eso superó la instancia de la “versión”.
Ahora y mientras Alberto Fernández termina de resolver en silencio qué hará con ese cúmulo de renuncias y con el frente de tormenta que estalló sobre la propia Casa Rosada, organizaciones sociales y sindicales afines ya avisaron que irán a la Plaza de Mayo en señal de apoyo, en momentos que otros movimientos homónimos se movilizarían hacia la sede del Ministerio de Desarrollo Social para reclamar por más asistencia, justo en vísperas de los anuncios económicos que tenía pensado realizar el propio Presidente y que, al parecer, tendrán que esperar por causas de “fuerza mayor”.
Son horas decisivas para el primer mandatario en relación al viraje que vaya a adoptar en las próximas horas, puesto que necesita tener organizada a la tropa propia -o mejor dicho, a la que quede de ella- de cara a las elecciones generales del 14 de noviembre próximo.