Tal como sucediera con la “durísima” carta que publicara la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner tras la derrota en las elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) en la que pasó “factura” por el armado de la campaña y por la designación de algunos de los integrantes de esa lista, en esta oportunidad su hijo, Máximo Kirchner, también decidió imitar a su progenitora para hacerle saber su malestar al Jefe de Estado, aunque en este caso decidió ir un poco más lejos al presentar su renuncia a la presidencia de la bancada del Frente de Todos (FdT) en la Cámara de Diputados.
Mientras y con un pie arriba del avión que lo trasladará a su gira oficial por Rusia y China, el primer mandatario se verá en la obligación de mantenerse “en vela” durante ese largo y cansador trayecto atento a cómo se resolverá el reemplazo de una figura de “fuste”, que hasta en varias oportunidades oficiaba de nexo entre la Casa Rosada y la presidencia del Senado cuando resultaba difícil mantenerlos en la misma sintonía.
Ahora y si bien desde el oficialismo insisten con minimizar el impacto de la decisión de Máximo, lo cierto es que se comenzó una carrera “contra reloj” para ungir a un nuevo (o nueva) líder dado que no resultaría una buena “foto” para el hemiciclo parlamentario que la principal bancada que lo compone se muestre acéfala y sin conducción justo al comienzo de las sesiones extraordinarias que la propia fuerza gobernante convocó.
Para colmo, algunos de sus integrantes ya dejaron saber su descontento -tanto en redes sociales como en los medios de comunicación- por el principio de acuerdo alcanzado con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para el pago de la deuda, lo cual produjo declaraciones cruzadas y hasta roces internos al mostrar las desavenencias existentes en torno al tema que motivó la renuncia de quien hasta ahora lideraba los destinos de la fuerza.
“Permaneceré dentro del bloque para facilitar la tarea del Presidente y su entorno. Es mejor dar un paso al costado para que, de esa manera, él pueda elegir a alguien que crea en este programa del Fondo Monetario Internacional, no sólo en lo inmediato sino también mirando más allá del 10 de diciembre del 2023”, reza uno de los párrafos escrito por Máximo Kirchner sobre su dimisión a la presidencia del bloque.
Esto, que para algunos podría significar un acto de lealtad aún en las diferencias, también es traducido por otros como una forma de “marcarle la cancha” al Presidente, puesto que pasará a estar observado de cerca dentro de su propio espacio en el parlamento por alguien que si bien no ostentará oficialmente el título de líder, sí se da por descartado que seguirá contando con el acompañamiento pleno de muchos de sus compañeros al momento de levantar la mano en el recinto.