El Presidente Alberto Fernández encabezó la apertura de la III Reunión Regional de Ministras y Ministros de Educación de América Latina y el Caribe, cuyo objetivo central es favorecer la cooperación regional en esa materia.
“La educación es un servicio público que debe garantizar el Estado, porque no son iguales las condiciones para aprender en sociedades tan desequilibradas como las que nosotros tenemos”, expresó desde el salón Libertador del Palacio San Martín, donde estuvo acompañado por el ministro de Educación, Jaime Perczyck; y la embajadora argentina ante la UNESCO, Marcela Losardo.
“Igualar para aprender debería ser una consigna para toda América Latina y el Caribe. Así es fácil entender el rol del Estado en esa materia porque para promover las mejores inteligencias no podemos dejar esto en manos del mercado. Hace falta un Estado presente que equilibre cuando los desequilibrios sociales aparecen”, continuó.
En esa línea, además, agregó que en América Latina lo primero que tienen que hacer es desarrollar la educación, la ciencia y la tecnología para tener sociedades capaces de integrarse en un mundo globalizado que compite por el conocimiento. “Nosotros, sudamericanos y caribeños, vivimos en el continente más desigual del mundo donde la brecha entre ricos y pobres es mayor. Esa distancia entre ricos y pobres se patentizó trágicamente en la pandemia”, enfatizó.
Asimismo, el Jefe de Estado sostuvo que la educación pública debe ser una causa rectora de todos los gobiernos de América Latina, porque la otra realidad del tiempo actual es que las sociedades más ricas no son las que tienen gas, petróleo, litio, oro, soja, trigo, maíz, sino que son las que han desarrollado el conocimiento, la ciencia y la tecnología.
Por otro lado y en relación a los efectos de la pandemia del COVID-19 en el ámbito educativo, Fernández subrayó que fue un tiempo “inigualable”, signado por la tristeza, el dolor, la pena, la enfermedad y la muerte en el que el mundo se conmovió por la pérdida de seis millones de vidas.
“La pandemia dejó al descubierto que no hay criterios de igualdad en el mundo, ¿cuánto tiempo más el sur va a seguir soportando esa realidad, va a seguir siendo testigo vacío de una realidad de la que no es parte?”, indagó.
Por último, reflexionó: “Yo me pregunto si en verdad no deberíamos unir voces para decirle al norte paren, es nuestro continente. Tenemos un país que lleva seis décadas bloqueado económicamente y sobrevive como puede. Tendríamos que estar muy avergonzados de que eso pase en nuestro continente. En nuestro continente un país hace cinco años está bloqueado por una disputa política y en plena pandemia lo bloquearon cuando la solidaridad era más necesaria que nunca. ¿Cuánto tiempo más vamos a mirar esto como si esto no nos pasar?”.