En el marco de su participación de la IV Cumbre de Jefes de Estado del grupo de los BRICS, conformado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, el Presidente Alberto Fernández expresó su gratitud por la invitación extendida a la Argentina, y que aspira a que el país pueda ser miembro pleno “de este grupo de naciones que ya representa el 42% de la población mundial y el 24% del producto bruto global”.

“Los BRICS constituyen una plataforma con enormes capacidades para discutir e implementar una agenda de futuro que nos lleve hacia un tiempo mejor y más justo. Argentina quiere sumarse a ese espacio y brindar sus aportes como integrante del mismo”, sostuvo.

En ese sentido, remarcó la importancia de medidas como la expansión del Nuevo Banco de Desarrollo BRICS; la necesidad de explorar mecanismos de cooperación como el swap de monedas que la Argentina suscribió con China; la promoción de la creación de una Agencia Calificadora del Riesgo Internacional; y la puesta en debate de las pautas que determinan la asignación general de Derechos Especiales de Giro del Fondo Monetario Internacional (FMI).

“Somos proveedores seguros y responsables de alimentos, reconocidos en el ámbito de la biotecnología y en tecnología logística aplicada. Esto significa que no solo somos capaces de producir y exportar alimentos. También sabemos suministrar servicios y formar especialistas para que otros países hagan crecer su eficiencia productiva y mejoren así la calidad de vida de sus habitantes”, enfatizó Fernández, quien además afirmó que la Argentina cuanta con grandes recursos energéticos y también con la segunda reserva mundial de shale gas y la cuarta de shale oil.

En otro orden, sostuvo que la paz es necesaria, y que la misma es urgente en pos de hacer un mundo más igualitario. “Quiero alzar mi voz para que el mundo entero entienda que, aunque la guerra se libre en Europa, sus consecuencias trágicas repercuten en América Latina y el Caribe, en África y en todo el hemisferio sur. Somos la periferia que padece”, señaló el Jefe de Estado argentino, quien pese a realizar esa proclama evitó condenar (o siquiera referirse) a la invasión bélica rusa a Ucrania.